La Renovación Carismática Católica (RCC) es una corriente de gracia dentro de la Iglesia Católica. Sus integrantes se caracterizan por experimentar precisamente una renovación en su fe y en su vida personal, por su aprecio por la oración y los sacramentos, su sed de conocimiento por las Sagradas Escrituras, su vivencia de la sanación y la liberación en sus vidas, lo cual se refleja en la alegría que suelen transmitir.
En 2018, el Papa Francisco erigió un organismo para promover la comunión y los vínculos entre estos hermanos, así nació el Servicio Internacional de la Renovación Carismática Católica (CHARIS, por sus en inglés y cuyo significado en latín es gracia).
No se trata de un organismo que ejerce autoridad, pues las diferentes expresiones carismáticas están bajo la jurisdicción de las autoridades eclesiásticas competentes, sino para fomentar el sentimiento de familia a nivel internacional.
“Los mismos jóvenes son agentes de la pastoral juvenil, acompañados y guiados, pero libres para encontrar caminos siempre nuevos con creatividad y audacia”, dice el Papa Francisco en el numeral 203 de su Exhortación Apostólica Christus vivit.
Justamente, unos 35 representantes de Pastoral Juvenil (PJ) de todo el país tuvieron una encerrona para hablar sobre diferentes temas el pasado sábado 12 y domingo 13 de marzo, en la Casa Alvernia de la Diócesis de Cartago.
Los chicos y chicas contaron con el acompañamiento de Mons. Manuel Eugenio Salazar, obispo de la Diócesis de Tilarán-Liberia y obispo responsable de PJ. Según se informó, los muchachos manifestaron al prelado su deseo de un mayor acompañamiento por parte del clero en los procesos pastorales.
Durante ese fin de semana, también hubo acuerdos en torno a los perfiles y a la estructura de la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil. Como novedad, próximamente se incorporará al equipo la figura de asesor laico nacional, entre sus funciones estará trabajar de manera cercana en los procesos de asesoría en las diócesis.
La encerrona también contó con la participación de cinco sacerdotes, asesores diocesanos de Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de San José y las Diócesis de Puntarenas, Tilarán-Liberia y Cartago, así como un hermano lasallista que acompaña a la Diócesis de Limón y asesores laicos de los diferentes territorios diocesanos en el país.
Para la clausura de este evento, los participantes celebraron una Santa Eucaristía en la Basílica Nuestra Señora de los Ángeles, presidida por Mons. Salazar.
Nuevo delegado joven
Cuaresma es un Tiempo propicio para reconocer que los grandes problemas sociales, que perjudican a tantos hermanos, tienen su origen en el pecado. Por ejemplo, en un mundo donde Dios destinó los bienes para todos no tendría por qué haber tanta desigualdad entre quienes tienes muchísimo y los que no tienen ni para comer.
Así reflexiona el Padre Edwin Aguiluz, secretario nacional de Pastoral Social Cáritas, quien motiva a participar de la Campaña Cuaresmal de la Solidaridad y de la Colecta de la Solidaridad, la cual se llevará a cabo con el propósito de apoyar económicamente a las diferentes obras sociales que lleva a cabo la iglesia en todo el país.
El sacerdote hace esta invitación en una época en la cual hay un llamado particular a la conversión a nivel individual, comunitaria, eclesial y social. “Para poder tener consciencia de la necesidad de la salvación en Cristo, a través del Misterio Pascual, debemos tener consciencia de nuestra condición de pecadores, por lo tanto, la necesidad de conversión, asimismo, la conversión permanente es una enseñanza de la Iglesia, pues constantemente debemos evaluarnos, corregirnos y acercarnos al Señor”, expresó.
El Padre Aguiluz explica que los problemas sociales y las injusticias son producto del pecado, “en el que todos participamos por acción u omisión”, si existen es porque hay algo que cambiar a nivel personal, comunitario, eclesial y social.
El representante de Cáritas expuso que este es un Tiempo Litúrgico propicio para reflexionar acerca de la labor social que se desarrolla en las Parroquias, a través de las Pastorales Sociales, relacionada con la promoción humana, el apoyo a sectores como agricultores y pescadores o la atención a poblaciones vulnerables (migrantes, personas en condición de pobreza, discapacitados…).
Asimismo, cabe mencionar el trabajo en la incidencia de políticas sociales en orden al Bien Común, como, por ejemplo, el impulso desde la Iglesia para que se favorezca la Economía Social Solidaria.
La Colecta de la Solidaridad
“No olvidemos que Costa Rica ha sido y es una nación con profundos sentimientos religiosos de marcado y hondo contenido cristiano. Sin Dios no hay futuro real y, menos aún, realización y plenitud. Sacar a Dios de la vida nacional es empobrecer el presente y comprometer el futuro de Costa Rica. Sin Dios a nuestro lado estaríamos siendo infieles a la herencia de las generaciones pasadas que descubrieron en la riqueza de la fe el secreto de la identidad y de la unidad de la nación”