“Si un clérigo se jala una torta, hasta en las Islas Fiyi se enteran por Redes Sociales, pero cuando hace algo bueno eso no se publicita, por lo tanto, quiero publicitar ese trabajo generoso de tantos sacerdotes en estos tiempos de pandemia, desde hace más de un año”.
“No nos van a dar un premio ni nos van a vacunar de primeros por eso, nadie va a decir que el clero está en primera línea de riesgo, pero ahí han estado presbíteros y diáconos, en las parroquias, en puestos, confesando, dando consejería espiritual, viendo que se hagan los tamales para poder pagar la luz y el teléfono, oficiando matrimonios, funerales y primeras comuniones, exponiéndose, dándose”.
Así se expresó Mons. Manuel Eugenio Salazar, obispo de Tilarán-Liberia, durante la Santa Misa Crismal, en la Catedral San Antonio de Padua, este Miércoles Santo. Un momento que aprovechó para agradecer y reconocer la labor de presbíteros, diáconos y religiosos, a nivel diocesano y en todo el país.
En el marco del 60 aniversario de la erección de esta Diócesis, Monseñor ofreció la bendición apostólica, con la cual los fieles pudieron obtener la indulgencia plenaria. Asimismo, el obispo agradeció a los sacerdotes que llegaron a esta celebración eucarística, aun desde pueblos alejados del territorio eclesial, sin embargo, también lamentó la ausencia de otros.
Monseñor pidió a los presbíteros y diáconos motivar la cultura vocacional, especialmente a la vida clerical. “Ya muchos estamos mayorcitos y algunos enfermitos, necesitamos relevo, renuevo, nuevas generaciones de clero, presbíteros y diáconos que nos vengan a apoyar, ayudar y, algún día, sustituir”, expuso.
Más detalles en la edición digital de Eco Católico. Aquí puede suscribirse.