La ceremonia litúrgica se llevó a cabo de manera simbólica en la Solemnidad a Nuestra Señora de Guadalupe y en la culminación del Año Jubilar por el 25 aniversario de la creación de esta Diócesis.
Mons. José Manuel Garita, obispo de Ciudad Quesada, presidió el rito de Dedicación del Altar, donde se colocaron dos reliquias de San Carlos Borromeo.
Se trata de un fragmento del cuerpo y de la vestimenta de San Carlos Borromeo, quien fue Arzobispo de Milán y es reconocido como uno de los grandes reformadores de la Iglesia en el Siglo XVI.
Luego, como corresponde a esta celebración litúrgica tan rica en símbolos, Monseñor pronunció la oración de Dedicación y después procedió a ungir con crisma y a incensar el altar, así todo el templo quedó impregnado a incienso.
Una vez hecho esto, se continuó con su revestimiento y su iluminación con cirios, ¡Que brille entonces la luz de Cristo! De esta manera, el Altar quedó preparado para que tenga lugar el sacrificio de Nuestro Señor Jesús.
La Misa Solemnidad fue concelebrada por Mons. Bruno Musarò, Nuncio Apostólico, quien señaló que desde este Altar recién consagrado irradiará la presencia de Cristo. Asimismo, reflexionó respecto a la necesidad de ser conscientes de lo que ocurre en la liturgia, para así llenarse del gozo y alegría de lo que se celebra.
Mons. Garita agradeció al Señor pues, a pesar de la crisis debido a la pandemia, se lograron llevar a cabo las actividades relacionadas con la celebración del 25 aniversario de la creación de la Diócesis de Ciudad Quesada.
También agradeció a todos aquellos quienes trabajaron arduamente, por sus esfuerzos y desvelos, para tener listo el nuevo altar este día.