"Busca primero el Reino de Dios y su justicia y lo demás vendrá por añadidura". Esta cita bíblica, de Mateo 6,33, inspira la vocación del joven Albán Ulate Benavides, quien será ordenado diácono para la Diócesis de San Isidro este sábado 22 de marzo, en la Parroquia Santuario Diocesano de Nuestra Señora de la Cueva Santa, en Santa María de Dota.
Albán es hijo de Roxana Benavides Lizano y José Ángel Ulate Montero. A lo largo de su formación, asegura que ha sentido en todo momento la mano de Dios que lo sostiene y fortalece. Por su testimonio de entrega, piedad y fidelidad, admira a sacerdotes como el Padre Johnny Monge y Francisco Morales, así como a su obispo Monseñor Juan Miguel Castro.
Aunque Albán comenzó formándose como parte de la Diócesis de Ciudad Quesada, hizo opción por la Iglesia generaleña. Por eso, algunas de las comunidades en las que ha servido como acólito son del norte del país, tales como San José de Aguas Claras, Santo Domingo de Guzmán, en Monterrey, la parroquia Catedral de Ciudad Quesada y la de San Roque.
Actualmente sirve en la Parroquia Nuestra Señora de la Cueva Santa, recientemente nombrada Santuario Diocesano en San Isidro. En ella recibirá el ministerio del diaconado este sábado, por imposición de manos y oración consecratoria del propio Monseñor Juan Miguel Castro. Lo acompañará su familia, amigos y formadores, quienes desde ahora elevan oraciones a Dios por su servicio.
Hace poco, conversando con un amigo que ultimaba los detalles de su boda, me confesó que estaba preocupado por los gastos que esto implicaba. Sin dudarlo, le dije: “Deja tus preocupaciones en manos de San José” y le sugerí que escribiera una carta encomendándole su necesidad. Sorprendido, exclamó: “¡No lo puedo creer!”, a lo que respondí intrigado: “¿Pero por qué?”
Con emoción, me contó: “¡Vieras que sí lo hice! Hace dos semanas estuve en España y ni te imaginas lo que me pasó. Caminábamos por un parque en Barcelona y, como sabes, me encanta entrar a las iglesias. Pues bien, entré a una dedicada a San José, el Real Santuario de San José de la Montaña, y descubrí que tiene una capilla exclusiva para él, donde la gente puede escribirle cartas y dejárselas pidiendo su intercesión”.
Intrigado por su experiencia, decidí investigar más sobre este santuario y me encontré con una historia fascinante sobre su origen, marcada por la fe inquebrantable de Madre Petra de San José, una religiosa con profunda devoción al santo.
Son tres días de reflexión en torno a la figura de la Virgen María. De esta forma, la Iglesia en nuestro país celebra la primera Jornada Mariológica, la cual cuenta con la participación de Fray Stefano Cecchin, OFM, presidente de la Pontificia Academia Mariana Internacional (PAMI) y un reconocido mariólogo a nivel mundial.