En media carrera universitaria o en cama convaleciente. Dios ha llamado en momentos muy diversos a los cinco varones que celebran su Ordenación Presbiteral este sábado 9 de diciembre, en la Catedral Metropolitana, en Misa Solemne, presidida por Monseñor José Rafael Quirós Quirós, Arzobispo de San José.
Se trata de los jóvenes diáconos: Andrés Esteban Hernández, Manuel Vinicio Pérez, Julián David Pérez, Gerald Jiménez y Edgar Josué Gamboa.
Andrés Esteban Hernández Guillén
28 años de edad.
Proviene de la Parroquia San José, en San Josecito de San Isidro, en Heredia.
Su lema de ordenación es: “El Señor me eligió por el amor que me tiene”, (cf. Dt 7, 7-8).
A los 15 años de edad, durante el “tiempo de Capilla” que había en su colegio, preguntó al Señor qué quería de él. Entró a la universidad a estudiar Medicina, pero en media carrera sintió “un deseo de saciedad” que lo llevó a replantearse decisiones.
“Dios fue colocando personas, acontecimientos y vivencias que me hicieron darme cuenta de que el Señor no quería un médico de cuerpos, sino de almas.”, dice Andrés.
Manuel Vinicio Pérez Pérez
35 años de edad.
Proviene de la Parroquia Nuestra Señora Virgen de Loreto, Rohrmoser Pavas.
Su lema de ordenación es: “Y mirándolo con misericordia y eligiéndolo, le dijo, sígueme”, (cf. Mt 9, 9-13).
A los 14 años de edad sufrió una meningitis viral, una enfermedad mortal. Cuando se recuperó empezó a reflexionar sobre por qué Dios le había dado otra oportunidad de vida. Comenzó a servir en la comunidad de donde es oriundo, Zapatón, en la Parroquia San Isidro Labrador, la Gloria de Puriscal. Fue catequista y no había pensado en el sacerdocio. Hasta que un día, cuando trabajaba como sacristán en la Parroquia Nuestra Señora Virgen de Loreto, sintió un deseo profundo en su corazón de servir como sacerdote.
Julián David Pérez Salgado
36 años de edad.
Proviene de la Parroquia Santa Bárbara, Pavas de San José.
Su lema de ordenación es: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero”. (Jn 21, 17).
Un día de repente el Padre Oldemar Ruíz le preguntó si alguna vez había tenido inquietud vocacional. Su respuesta fue clara y contundente: No. Sin embargo, cuando terminó de hablar con él, fue al templo (de Hatillo 3) y vio unas frases que colgaban.
“No recuerdo qué decían, pero iban en consonancia con lo que el Padre me había preguntado. Ese mismo día, en mi parroquia, en Misa de 6:00 p.m. del domingo, el Padre Guillermo Cordero predicó sobre la vocación”, narró Julián.
Sintió mucha inquietud. Entró a encuentros vocacionales y ahora se prepara para ser ordenado sacerdote.
Gerald Jiménez García
28 años de edad
Proviene de la Parroquia San Miguel Arcángel, Desamparados.
Su lema de ordenación es: “He sido crucificado con Cristo” (Gal. 2, 19b.)
Su abuela y sus padres le inculcaron la fe y el amor por la Iglesia desde muy pequeño. En aquel pequeño barrio en medio de las montañas de San Miguel, en medio de la sencillez de sus gentes, descubrió carismas propios y eso lo motivó al servicio.
También, el testimonio de sacerdotes en su parroquia, hombres cercanos al pueblo de Dios, influyeron para que en algún momento se cuestionara seriamente: “¿Por qué no?”. “A partir de ahí, y hasta hoy, Dios me ha llevado de la mano en este proceso de discernimiento”, expresó Gerald.
Edgar Josué Gamboa Arce
27 años de edad
Proviene de la Parroquia Santa Rosa, Santo Domingo de Heredia
Su lema de ordenación es: “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38)
Era muy pequeño, tenía apenas 4 años de edad, pero en los rezos de Rosario sentía el llamado a servir al Señor. Jugaba a celebrar Misa y luego, como monaguillo, se enamoró “de las cosas de Dios”.
“En medio de la vida normal de un joven, el Señor fue conquistando mi corazón para servir a la Iglesia por toda la vida”, comentó Edgar.
