Tenía tan solo cuatro años de edad cuando ocurrió un hecho que lo marcaría por el resto de su vida. Ingirió aguarrás por accidente y estuvo a punto de morir. “Fui testigo de la misericordia de Dios en mi vida. Desde aquel momento sentí que mi vida me había sido dada para servir a los demás, sentí que ese era mi propósito, mi misión”, dice.
Durante una presentación de canto lírico en la Parroquia Inmaculada Concepción en Heredia, con su potente voz de tenor, el Padre Carlos Arguedas canta Panis Angelicus, de pie, frente al altar, acompañado únicamente de las notas del órgano. Los presentes guardan silencio y se deleitan con esta música bella y solemne.