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El culto al Corazón Jesús entre finales del siglo XIX e inicios del XX (II Parte)

By José Aurelio Sandí Morales - Escuela de Historia, Universidad Nacional Enero 19, 2022
Procesión con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, encabezada por Mons. Stork y profesores del Seminario. Procesión con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, encabezada por Mons. Stork y profesores del Seminario.

Dentro del desarrollo de los episcopados de Mons. Juan Stork (III obispo de Costa Rica, 1904-1920), Mons. Otón Castro (I arzobispo de San José, 1921-1939), Mons. Antonio Monestel (I obispo de Alajuela, 1921-1938) y Mons. Agustín Blessing (I vicario apostólico de Limón, 1922-1934) la devoción al Corazón de Jesús siguió tomando fuerza y difusión entre los católicos de Costa Rica.

Mons. Stork propició la devoción en sus prédicas y en sus acciones. En la imagen del presente artículo se observa una procesión dedicada al Corazón de Jesús, la cual presidió él mismo. Durante su episcopado en los jardines de la catedral mandó a colocar una imagen del Corazón de Jesús. Fue él quien consagró el cantón de Aserrí, no solo la parroquia, sino también el territorio civil en 1916 al Corazón de Jesús y María.

Por su parte, Mons. Castro además de dejar palpable en su escudo episcopal su devoción al Corazón de Jesús ejecutó como su primera obra de importancia en el arranque de su episcopado la consagración de la nueva arquidiócesis a dicha devoción jesusiana.

Sobre esta consagración se debe aclarar ciertos puntos. Primero, la consagración fue en noviembre y no en el propio día de la fiesta. Esto respondió a que Mons. Castro no era obispo a mediados de año 1921, como correspondía, pues fue consagrado como tal el 2 de agosto de 1921. Segundo, Castro tomó el rito de la consagración de la arquidiócesis como la principal ceremonia católica para celebrar el primer centenario de la independencia de España. Por ende, y en su deseo de separar la fiesta civil, que se concentraría en el mes de setiembre, de la religiosa, consagró la diócesis hasta en 4 noviembre de 1921. Esto lo aclaró en las disposiciones redactadas en su carta pastoral del 7 de octubre de 1921, donde indicaba que era la consagración de la arquidiócesis, no del país en su totalidad. Tercero, como buen canonista que era, sabía que no podía consagrar el país por completo, pues él era solo el arzobispo de una parte del territorio nacional. Para realizar la consagración de la república por completo, necesitaba la aprobación del nuevo obispo de Alajuela, así como el vicario apostólico de Limón, este último aún no se había designado por Roma.

Por ende, y como es clara su invitación de octubre del 1921 a Mons. Monestel y al Internuncio Marenco se les invitó a la consagración de la arquidiócesis de San José como parte de “los festejos religiosos con que esta Arquidiócesis se apresta a celebrar el Centenario de nuestra Independencia Nacional”. Nunca se habló de la consagración de la totalidad del territorio nacional. Castro como heredero de Thiel en la sede josefina realizó la consagración de la porción de tierra y fieles que él pastoreaba. El territorio y fieles pertenecientes a las sedes de Alajuela y Limón sería consagradas cuando su obispo y vicario apostólico respectivo lo deseasen.

Mons. Monestel y Mons. Blessing también fueron grandes propagadores de dicho culto. El escudo episcopal de ambos tenía el Corazón de Jesús como elemento central en su explicación heráldica. El primero propiciaba la devoción mediante la exhortación a los fieles de entronizar la imagen del Corazón de Jesús en sus hogares. Muestra de ello está el telegrama fechado el 4 de mayo de 1930 que llegó a la curia de Alajuela dirigido por el Jefe Político de Liberia, donde indicaba que en su casa y gracias a Fray Gregorio se “ha entronizado hoy… el Sagrado Corazón de Jesús”. Actividad, que había sido acompañada por más de 500 personas, entre ellos 250 niños que habían realizado recientemente su primera comunión. El segundo, en medio de la fiesta patronal del vicariato, que era el propio Corazón de Jesús, indicaba que se debía seguir dicha devoción por los bienes que daba a los creyentes. Además, comentaba que la fe a la devoción citada era un deseo del papa y un mandato divino.

Para comprender la interiorización de la devoción por parte de los fieles se presentan varios ejemplos. El primero de ellos y uno de los más populares fue colocar la advocación jesusiana a los hijos de los creyentes en su nombre, como fue el caso de Fernando del Corazón de Jesús Lorenso Brenes, hijo de Juan Vicente Lorenso y Rosalía Brenes, a quien se le confirmó en San José en 1919.

Otro ejemplo se encuentra en las memorias del matrimonio de Fernando Cerdas y Alicia Albertazzi. Donde se comenta la ocasión, a mediados de la década de 1930, en la que un toro se escapó del matadero en el centro de San José y corrió libremente por la avenida 10 y calle 1 y 3. Dice el relato que el animal: “al llegar frente a la casa de doña Anita, se detuvo, se aproximó a la puerta, la golpeó con los cachos y se plantó como esperando a ser recibido adecuadamente”, cuando la propietaria de la casa abrió para ver quien tocaba a su puerta “se encontró de frente con aquella mole enorme y cayó al suelo desmayada”.

El toro pasó dentro de la casa y se dedicó a quebrar “cuanta cosa se le atravesaba”. Algunos vecinos lograron sacar al animal del hogar, la señora Anita Montes de Oca, entendió que su desmayo la libró de las astas del vacuno, hecho que solo podía encontrarle una explicación milagrosa: el Corazón de Jesús la había librado de la muerte. Por ello, organizó un acto de acción de gracias al Corazón de Jesús por haberla protegido. Al evento invitó a los vecinos y a los sacerdotes del templo de La Soledad. Se contrató un conjunto musical que amenizara la acción de gracias y se preparó un altar en honor al Corazón de Jesús, el cual adornó con flores.

Los ejemplos anteriores, muestran como la jerarquía y pueblo fiel demostraban al unísono su devoción al Corazón de Jesús. Este deseo externado por la Santa Sede generó que el fiel católico residente en Costa Rica se apropiara del culto y lo hiciera parte de su cotidianidad. Dicha devoción fue utilizada para nombrar hijos, entronizarla en casas de habitación y hasta dar gracias por haber librado de peligros a los fieles. Dicha devoción cuenta y contará con una larga lista de experiencias de fe tanto en el mundo con dentro de la piedad popular del católico residente en Costa Rica.

Last modified on Miércoles, 19 Enero 2022 13:01

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