Dentro del desarrollo de los episcopados de Mons. Juan Stork (III obispo de Costa Rica, 1904-1920), Mons. Otón Castro (I arzobispo de San José, 1921-1939), Mons. Antonio Monestel (I obispo de Alajuela, 1921-1938) y Mons. Agustín Blessing (I vicario apostólico de Limón, 1922-1934) la devoción al Corazón de Jesús siguió tomando fuerza y difusión entre los católicos de Costa Rica.