“El Papa Benedicto XVI se encontró con Cristo y miraba con ternura, como la de un niño, a toda persona”, expresó Monseñor Girardi.
Un apasionado de la verdad
En otra ocasión, el obispo emérito cuenta que en un encuentro que tuvo con él le dijo: “Su Santidad, cuando me ordenaron sacerdote un formador me dijo que jamás pensó que yo llegaría a ser misionero comboniano por mis problemas de salud, pero ahora estoy aquí con usted”.
A esto, Benedicto XVI le respondió: “Yo tampoco tenía buena salud, pero aquí estamos”. “Y vea usted, el Señor le dio tantos años”, añadió Mons. Girardi.
El obispo emérito expone que la vida del Papa alemán podría condensarse en esa formidable frase que aparece en Deus Caritas Est: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”.
“Fue un ser humano que se encontró con esa Persona que orientó su vida”, dijo Mons. Girardi. Sobre los momentos que compartió con él afirmó que experimentaba tanta acogida, “hasta daban ganas de bromear con él”, “daban ganas de ser humilde y sencillo como él”, “uno experimentaba tanta acogida, hasta daban ganas de bromear con él, daban ganas de ser sencillo junto a él”, “un hombre que se sentía amado por Dios y experimentaba esa libertad”, agregó.
“Fue un cristiano que encontró el tesoro del que habla San Mateo (...) alguien que, consciente de que Dios le ha dado el don de la inteligencia, humildemente se pone a disposición de Dios, siendo vicario en una parroquia en medio de sus deberes sacaba tiempo para estudiar".
Monseñor Girardi también destacó que Benedicto XVI se consideraba un cooperador de la verdad (tal como dice su lema desde que era obispo de Múnich, Alemania), decía que la verdad “no hay que defenderla, hay que presentarla, porque la verdad te defiende”, recordó.
Un hombre libre que no temía expresar sus opiniones, por ejemplo, delante de la Corte Británica en 2010, donde se recuerda su notable discurso en el Westminster Hall, allí donde fue condenado a muerte Tomás Moro.
Consultado al respecto, Monseñor Girardi expuso que Benedicto XVI fue “conservador” cuando había que serlo respecto a dogmas y a la moral sustancial cristiana, pero que en otros temas manifestó una gran apertura, como el caso de los sacerdotes anglicanos que se convirtieron al catolicismo y pudieron continuar su servicio como sacerdotes, aun estando casados.
O incluso, desde la época del Concilio Vaticano II cuando defendió la libertad religiosa y cuyos aportes pueden verse en la declaración conciliar Nostra Aetate. “Benedicto XVI no aceptaría el Artículo 75 de la Constitución Política de Costa Rica (que dice que la Religión del Estado es la Católica)”.
En general, Monseñor Girardi describe a Benedicto XVI como un buscador incansable de la verdad, por encima de cualquier moda, que tenía su mirada puesta en Cristo, a quien miraba en cada ser humano.