La fe es el primer paso hacia la salvación. Sin ella, es difícil entender y aceptar el mensaje de Cristo. Como dijo San Juan de la Cruz: "Donde no hay amor, pon amor y sacarás amor."
Este amor es fundamental para cultivar una relación genuina con Dios. La oración es un medio esencial para buscar la salvación.
En la vida de los santos y santas, la oración fue el pilar de su vida espiritual. San Francisco de Asís decía: "Comienza por hacer lo que es necesario, luego lo que es posible, y de repente estarás haciendo lo imposible.
La confesión, un sacramento vital en la Iglesia Católica, permite a los fieles recibir la gracia de Dios y la oportunidad de comenzar de nuevo. Santa Faustina Kowalska escribió: "La misericordia de Dios es un océano de amor que nos espera." Las obras de misericordia son una manifestación tangible de nuestra fe. San Vicente de Paúl afirmaba: "La caridad es el alma de las obras." Ayudar a los demás no solo es un deber cristiano, sino también un camino hacia nuestra propia salvación. La búsqueda de la santidad es un compromiso diario al que toda persona bautizada está llamada.
Este tiempo de Adviento es propicio para meditar en ese propósito. Ejemplos de beatas y beatos que han dejado un testimonio significativo son inspiradores en este camino.
El Beato Carlo Acutis, un joven italiano, utilizó sus talentos tecnológicos para documentar milagros eucarísticos, recordándonos la centralidad de la Eucaristía en nuestra fe.
La Santa Teresa de Calcuta dedicó su vida a los pobres, enseñándonos que "no podemos siempre hacer grandes cosas, pero sí podemos hacer cosas pequeñas con un gran amor.
El San Óscar Arnulfo Romero, arzobispo defensor de los derechos humanos, nos recuerda que la búsqueda de la santidad también implica luchar por la justicia.
La Beata Maria Teresa de Jesús, fundadora de una congregación dedicada a la educación, enfatizaba que "el amor es el camino" en nuestra búsqueda de la santidad.
San Juan Pablo II, con sus enseñanzas sobre dignidad humana y evangelización, nos invitó a vivir nuestra fe con valentía: "No tengáis miedo."
La Beata Chiara Badano mantuvo una actitud de alegría y entrega a pesar de su enfermedad terminal, mostrándonos cómo vivir con autenticidad en medio del sufrimiento.
Por último, el Beato Francisco de Solano, misionero franciscano, dedicó su vida a evangelizar y servir a los indígenas, recordándonos que vivir el Evangelio implica acción.
Estos ejemplos nos muestran que la búsqueda de la santidad es diversa y se manifiesta de muchas maneras.
En este tiempo de Adviento, estamos llamados a meditar sobre nuestra propia vida y a buscar formas de vivir nuestra fe de manera activa y comprometida.
La importancia de este tiempo radica en su invitación a reflexionar sobre nuestra salvación, a abrir nuestros corazones y a prepararnos para la llegada de Cristo.
Es un momento para detenernos y considerar cómo podemos acercarnos más a Dios, fortalecer nuestra fe y vivir en amor y servicio a los demás.
La meditación en Adviento nos recuerda que cada pequeño paso cuenta en nuestro camino hacia la salvación.
Como decía Santa Teresa de Jesús: "La paciencia es el camino a la paz."
Que estos ejemplos nos inspiren a ser testigos del amor de Dios en nuestras comunidades y en el mundo, recordando que cada pequeño acto de amor cuenta en el camino hacia la salvación.
En esta temporada de esperanza y renovación, abramos nuestros corazones a la gracia divina y permítanos ser transformados por el amor que nos ofrece.
