Hagamos que esta propuesta ilumine nuestra tarea educativa, tanto en los centros educativos como a nivel de familias y comunidades. Promovamos actividades diversas que faciliten la práctica de estos valores tan fundamentales de fraternidad, paz y justicia, que nos ayuden a generar un ambiente social más habitable para todos, siempre con el debido respeto de las medidas sanitarias.
- EL PROCESO EDUCATIVO EN TIEMPOS DE PANDEMIA NOS CONVOCA AL EJERCICIO PLENO DE LA RESPONSABILIDAD PERSONAL Y SOCIAL, A LA PRACTICA DE LA SOLIDARIDAD,
Estamos en la misma barca y nos salvamos juntos, nos ha dicho también el Papa Francisco. Como personas capaces de sentir empatía y compasión por lo que viven nuestros hermanos, como conciudadanos, habitantes todos de nuestro querido país, es necesario ahora, más que nunca, ejercer nuestra responsabilidad plena y solidaria, para salir airosos de las limitaciones actuales.
Invitamos a la comunidad educativa nacional, en todos sus ámbitos, a reflexionar y actuar consecuentemente, para que todos tengan acceso a la educación en las mejores condiciones y con las condiciones óptimas de salud, para ofrecer especiales ayudas a los débiles y desprotegidos, para recuperar a los que se hayan desenganchado del proceso educativo. Exhibamos nuestra muestra de solidaridad y aportemos, en la medida de sus posibilidades, para superar carencias, minimizar dificultades, favorecer el desarrollo positivo y para todos, del proceso educativo.
¡Este es un compromiso de todos! Estudiantes como protagonistas de su propia educación; padres de familia conscientes de la responsabilidad de velar para que sus hijos reciban dicha formación y docentes de Educación Religiosa motivados a continuar ejerciendo su vocación docente con amor y valentía.
- FORTALECER EL CAMINO DE LA ESPIRITUALIDAD Y DE LA PRÁCTICA DE LOS VALORES CRISTIANOS, CON OCASIÓN DEL OCHENTA ANIVERSARIO DE LA APLICACIÓN DE LA LEY 21, DEL 10 DE NOVIEMBRE DE 1940, SOBRE LA ENSEÑANZA DE LA EDUCACIÓN RELIGIOSA
Por la importancia que tiene esta asignatura, como propuesta de sentido, para iluminar, dar solidez y fundamento a nuestra vida, hemos querido resaltar este aniversario. Se favorece con ella, una educación integral que cultive la dimensión religiosa, respetando siempre la identidad religiosa de los participantes.
La Celebración de los ochenta años del establecimiento desde 1941, de la ley 21 del 10 de noviembre de 1940, sobre la enseñanza de la Educación Religiosa debiera ser ocasión en nuestro país para valorar su importancia y para profundizar acerca de la aplicación del artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establece con meridiana claridad: “los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”.
Para dar vigencia a ello será necesario complementar su ejecución a la luz del artículo 18.4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: “debe respetarse la libertad de los padres, o en su caso de los tutores legales, de dar a sus hijos, según las modalidades de aplicación que determine la legislación de cada Estado, la Educación Religiosa y moral conforme a sus propias convicciones” (Asamblea General de la ONU, 16 de diciembre de 1966).
Hemos vivido en estos días la celebración de los 100 años de la creación de la Provincia Eclesiástica de Costa Rica y, con ella, de la arquidiócesis de San José, la Diócesis de Alajuela y el Vicariato Apostólico de Limón. La iglesia universal reconoce la madurez de nuestra andadura como pueblo de Dios aquí en Costa Rica, del camino de fe y comunión que hemos realizado y de la inculturación de la fe en nuestro pueblo.
Con esta ocasión se está realizando una Exposición de imágenes de Lico Rodríguez, uno de los mejores imagineros del siglo XIX en nuestro país. Es un gran evento cultural que les invitamos a visitar hasta el 14 de marzo en el Museo Histórico Juan Santamaría de Alajuela.
Continuemos, a lo largo de este año, el diálogo que comenzamos con esta carta. Nos tienen a su disposición como Comisión Nacional de Cultura y Educación para cualquier sugerencia o servicio en pro de la cultura y la educación que esté en nuestras manos.
El Señor sigue suscitando lo mejor en el caminar de nuestra sociedad, a través de la tarea educativa. Tenemos como intercesor, especialmente este año, a San José, gran educador, junto a su esposa María.
LA COMISIÓN DE CULTURA Y EDUACIÓN, CONACE
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