El curso está dirigido a sacerdotes, miembros de la vida consagrada y laicos, con el fin de ayudar a la reflexión y la correcta comprensión de este sacramental de la Iglesia.
No es un taller de exorcismos
Tal como se aclaró la primera vez, no se trata de un taller “para hacer exorcismos” sino de un curso académico para comprender la enseñanza de la Iglesia respecto al tema.
De acuerdo con la organización, la iniciativa “nace de la necesidad de aproximarnos desde una perspectiva seria a un tema que no debe ser ajeno ni convertirse en un tabú al interno de nuestra Iglesia, a saber, la presencia del mal y del maligno, no como la mera ausencia del bien, sino como una realidad personal y activa”.
De hecho, según explica el Catecismo en el numeral 1673, se habla de exorcismo cuando “la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del Maligno y sustraída a su dominio”.
Asimismo, se aclara que el exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia. Muy distinto es el caso de las enfermedades, sobre todo psíquicas, cuyo cuidado pertenece a la ciencia médica.
Siguiendo el numeral, 160 de Gaudete Exsultate, el Papa expone que ciertamente “los autores bíblicos tenían un bagaje conceptual limitado para expresar algunas realidades y que en tiempos de Jesús se podía confundir, por ejemplo, una epilepsia con la posesión del demonio”.
Sin embargo -agrega el texto-, eso no debe llevarnos a simplificar tanto la realidad diciendo que todos los casos narrados en los evangelios eran enfermedades psíquicas y que en definitiva el demonio no existe o no actúa”.
Francisco incluso ofrece un ejemplo concreto, pues “cuando Jesús nos dejó el Padrenuestro quiso que termináramos pidiendo al Padre que nos libere del Malo”.
Y explicó que “la expresión utilizada allí no se refiere al mal en abstracto y su traducción más precisa es “el Malo”. Indica un ser personal que nos acosa. Jesús nos enseñó a pedir cotidianamente esa liberación para que su poder no nos domine”.
El catecismo detalla que Jesús practicó el exorcismo (Mc 1,25-26; por ejemplo) y de Él tiene la Iglesia el poder y el oficio de exorcizar (Mc 3,15; 6,7.13; 16,17).
Requisitos para participar
Las personas que deseen participar deben ser mayores de 18 años de edad y poseer un bachillerato en Educación Media. La organización recomienda tener una formación profesional o una preparación pastoral que permita aprovechar mejor el curso.
Los laicos deben contar con la autorización del párroco, sacerdote encargado del movimiento o grupo, o bien, un sacerdote nombrado en la Conferencia Episcopal. Los diáconos deben contar con la autorización del obispo. En el caso de los miembros de la vida consagrada requieren el permiso del Superior.
La cuota del curso varía. La modalidad sin hospedaje (incluye los 2 refrigerios y el almuerzo de cada día): $385.
Con hospedaje en el hotel Hyatt (Pinares de Curridabat) desayuno, transporte, refrigerios, almuerzos y tres cenas en la Escuela: $885.
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