La Santa Misa, en la Catedral San Isidro Labrador, estuvo colmada de fieles, amigos y familiares del nuevo sacerdote. Antes del inicio de la celebración, Albán recibió la bendición de sus padres, un acto sumamente emotivo que suscitó el aplauso de los presentes.
En su homilía, Monseñor Juan Miguel Castro dijo que la ordenación es un motivo de alegría para toda la diócesis, porque es una gracia que no solo transforma la vida de Albán, sino también la de toda la comunidad.
Partiendo de las lecturas proclamadas, le dijo al nuevo sacerdote que su vocación no es un accidente ni un plan humano.
“Como Jeremías fuiste pensado, amado y llamado por Dios desde la eternidad. El Señor te dice hoy, no digas soy un niño, porque adonde yo te envíe irás y lo que te mande dirás. Eso significa que tu vida ya no le pertenece a sí misma, eres puesto al servicio del Evangelio y aunque experimentes tu debilidad, confía, es Dios quien pone sus palabras en tu boca y sus manos en las tuyas, de ahí brota tu humildad, nunca olvidar que el ministerio no es mérito sino un don, no es poder, sino servicio, no es grandeza humana, sino misericordia divina”, dijo Monseñor.
Lea la información completa en nuestra edición digital de esta semana. Ingrese a https://ecocatolico.org/planes-de-suscripcion y suscríbase. Informes al 8492-9292.