Ir a misa con la abuelita o un inesperado video de YouTube. Dios se vale de muchas maneras para llamar a la vocación sacerdotal. Este sábado 18 de enero, en la Parroquia Inmaculada Concepción de María, en Liberia, se realizará la ordenación diaconal de Roy Antonio Acevedo Carvajal y Marlon José Jiménez Obando.
La ceremonia iniciará a las 10:00 a.m. y será presidida por Mons. Manuel Eugenio Salazar, obispo de Tilarán-Liberia, quien impondrá sus manos sobre estos dos varones.
Marlon José Jiménez Obando
Edad: 32 años
Parroquia de origen: San Blas de Nicoya
Lema de ordenación: “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en ti” (San Agustín, Confesiones, I, 1, 1).
Su llamado a la vocación
Marlon inició su servicio en la Iglesia como catequista de niños. Esta experiencia sirvió para fortalecer su respuesta vocacional, según recordó. Empezó a tener una crisis existencial, no sabía qué hacer con su vida o qué era lo que Dios le pedía.
Le dijo al Señor: “Si Tú quieres y me lo pides, y sé en mi interior que proviene de Ti, yo daré el paso para discernir mi vocación, porque no quiero ingresar obligado o por clamor de unos pocos”.
Reconoce que fue exigente y que aun a veces lo es. “Señor, si Tú lo quieres, yo también lo quiero”, oró frente al Santísimo. Un mes después, mientras revisaba su canal de YouTube encontró una video vocacional de un seminario en España.
“Lo que buscaba en ese momento era algo contradictorio con el tema, pero este video me dejó en shock; me mostró la vida del seminario y todo lo que implica la formación. Pensé: Dios me quiere decir algo”, contó a Eco Católico.
Pasó con esta idea varias semanas hasta que decidió ir a ver al sacerdote de su parroquia, quien le contestó: “Dios te llama a la vida sacerdotal, y sin conocerte, he visto rasgos vocacionales en ti”.
A los 23 años de edad Marlon comenzó a hacer discernimiento vocacional. Luego entró al Seminario Introductorio y finalmente al Seminario Nacional.
“Hoy doy gracias a Dios por todo, porque nada es casualidad, todo pasa por algo, incluso las pruebas difíciles, de las cuales Dios saca grandes cosas. Todo esto ha sido lo que me ha ayudado a dar un sí al Señor, sin ninguna duda, libremente y feliz en su llamado y mi respuesta”, expresó.
Roy Antonio Acevedo Carvajal
Edad: 46 años
Parroquia de origen: San José Obrero, Liberia.
Lema: “Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga”. (Mt. 16, 24).
Su llamado a la vocación
El llamado de Roy se dio desde muy pequeño. Recuerda cuando tenía seis años de edad y su mamá lo llevaba a Misa en el Barrio San Roque, en Liberia, y sentía algo especial cuando contemplaba al sacerdote en el momento de la consagración.
De niño participaba en actividades religiosas. Hoy le llama la atención cómo aquel niño tomaba con tanta seriedad y devoción la vida de Iglesia, y sentía admiración por el sacerdote y los catequistas.
El sí definitivo fue dado con solo 13 años de edad. “Digo que fue definitivo porque cuando yo cumplí los 15 años aquella abuelita que me inculcó la fe y el amor a la Iglesia falleció, quedé prácticamente desamparado en la vida. Quizá si ese “sí” no hubiera sido parte de mi historia en aquel momento de mi vida, y sin la ayuda de Dios, que me cuidó y me protegió cuando era más vulnerable, es posible que hubiera perdido mi vocación”.
Roy asegura que siente el mismo ardor y la misma alegría que sentía de niño por los asuntos de Dios. “Hoy doy gracias por todos aquellos momentos duros en mi vida que forjaron con la gracia de Dios la persona que ahora soy”, concluyó.
Los diáconos están llamados a vivir de tres maneras su ministerio de servicio:
- a) Servicio a la Palabra de Dios: El diácono está llamado a ser un hombre de profunda oración, familiarizándose con la Palabra de Dios y siendo testigo de ella en su ministerio.
- b) Servicio a la Eucaristía: Cada diácono es llamado a servir el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo por medio de su participación en la liturgia,su amor y reverencia al Santísimo Sacramento y su deseo de llevar la Eucaristía a los enfermos que no pueden unirse a la comunidad de fe en la celebración dominical. Por virtud de su ordenación, un diácono puede presidir y ser testigo en el bautismo de niños,matrimonios, velorios y funerales, exposición y bendición con el Santísimo Sacramento, y asistir en la celebración eucarística.
- c) Servicio en favor de la Justicia, la Caridad y la Paz: Los diáconos sirven como heraldos de Cristo; heraldos de paz, esperanza y amor para los pobres, descapacitados, los necesitados, los olvidados y los que han sido rechazados por la sociedad. A través de su servicio y ministerio viviente promueven actividades de misericordia,justicia, reconciliación y paz.