Según la ley 9222, en Costa Rica, el único requisito para convertirse en donador una vez se fallezca es haber manifestado en vida el aceptar el acto de donar por voluntad propia. Basta con expresar esta voluntad a los familiares, quienes eventualmente serían los encargados de tomar la decisión para que los médicos procedan.
Asimismo, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) pone a disposición de los usuarios un formulario para expresar su voluntad de donar órganos y tejidos, usted puede llenarlo a través del sitio web en: https://www.ccss.sa.cr/donar.
O bien, usted puede expresar su voluntad de donar sus órganos en caso de fallecimiento en las diferentes Áreas Rectoras del Ministerio de Salud, en el registro civil al renovar la cédula de identidad y al solicitar su licencia de conducir.
Hay dos tipos de donadores: el donante vivo y el donante fallecido. El primero se refiere a las personas que realizan la donación en vida, el procedimiento básicamente consiste en la extracción de uno de sus órganos (por ejemplo, un riñón) o de una parte de estos (hígado, pulmón o páncreas), así como de tejidos (tejido óseo, membrana amniótica y piel).
El donante fallecido, es aquel que, como dice, ha fallecido, pero quien en vida manifestó su voluntad de ser donador, por lo que los médicos pueden extraer sus órganos y tejidos y trasplantarlos a una o varias personas que los necesiten.
Salvar vidas
La Dra. Mary Munive, vicepresidenta de la República y ministra de Salud, mencionó que “La donación de órganos y tejidos constituye un acto de amor desinteresado”. Asimismo, motivó a las personas a comunicar esa decisión a “nuestros seres más cercanos”.
Y agregó que: “Quien dona sus órganos y tejidos muestra una convicción de querer salvar vidas después de su fallecimiento. Donar órganos y tejidos no solo es una práctica altruista, es también, un voto de confianza en la capacidad de la ciencia médica y en los sistemas de salud”.
El doctor Marino Ramírez Carranza, gerente médico de la Caja Costarricense de Seguro Social, señaló que se trata de un “acto donde se refleja el verdadero amor al prójimo” e informó que con “un sólo donador se pueden salvar hasta nueve vidas”.
En Costa Rica se realizan trasplantes de corazón, pulmones, hígado, riñones, córneas, tejidos musculoesquelético, válvulas cardíacas, piel y médula ósea.
“Mirar más allá de uno”
La Iglesia Católica apoya y motiva la donación de órganos, que considera “un acto noble y meritorio, que debe ser alentado como manifestación de solidaridad generosa”, según menciona el Catecismo en su numeral 2296.
También, aclara que “es moralmente inadmisible si el donante o sus legítimos representantes no han dado su explícito consentimiento”. Además, “no se puede admitir moralmente la mutilación que deja inválido, o provocar directamente la muerte, aunque se haga para retrasar la muerte de otras personas”.
En 2019, el Papa Francisco compartió con voluntarios de la Asociación Italiana de Donantes de Órganos (AIDO). En esa ocasión, el Santo Padre manifestó que: “Donar significa mirar e ir más allá de uno mismo, más allá de las necesidades individuales y abrirse generosamente a un bien más amplio”.
“En esta perspectiva -añadió-, la donación de órganos no es sólo un acto de responsabilidad social, sino también una expresión de la fraternidad universal que une a todos los hombres y mujeres”.
