El culto a esta advocación mariana hace alegoría de las dificultades humanas, simbolizadas como cintas anudadas que la Virgen desata y destraba como una madre ayuda a sus hijos. Su culto, además enseña que su amor inconmensurable es capaz de conceder peticiones y resolver conflictos según la voluntad de Dios.
Padre Eladio Solano, párroco de la comunidad.
Según comentó el sacerdote Solano, el lienzo fue colocado en un lugar visible en el jardín de la parroquia, en una urna de vidrio con una malla interna a su alrededor.
El objetivo es generar la costumbre de que los fieles anuden en esta malla una cinta blanca cuando pidan la intercesión de la Virgen, y que cuando obtengan de Dios el favor recibido, coloquen una cinta amarilla en señal de agradecimiento.
En esa misma urna, a los pies de la Virgen, se colocó también un San José Dormido, otra devoción muy querida por el Papa Francisco.
La coordinadora de comunicación de la parroquia, Priscilla Durán Alvarado, explicó que inicialmente se pensó que mucha gente no conocía la advocación, sin embargo, sorprendió ver que muchos otros sí sabían de ella. Ahora todos están felices por no tener que salir de su parroquia para pedirle su intercesión. “Con gran devoción cuentan que han visto los favores concedidos por Nuestro Señor a través de ella”, dijo Durán.
La servidora destacó que el Padre Eladio Solano se ha encargado de inculcar la devoción con el gran amor que él mismo le profesa a esta advocación. “Ahora son muchas las personas que dejan su cinta amparadas en la fe de que sus súplicas serán escuchadas por la Virgen María Desata Nudos y presentadas a Nuestro Señor”.
Suscríbase a la edición digital y disfrute de todo el contenido, ingrese en este enlace.