Ante la inminencia de esta sentencia, organizaciones a favor de la vida humana antes de nacer, han levantado su voz en este caso, pues consideran que Beatriz fue manipulada y utilizada por grupos que buscan imponer el aborto en la región.
Detalles del caso
Se conoce que Beatriz tenía Lupus, una enfermedad autoinmune que puede ser muy grave. Pero según refieren dichos grupos próvida, afortunadamente, durante su segundo embarazo, estaba controlada y el embarazo no amenazaba su vida.
Beatriz quería ser mamá otra vez. Ya tenía un niño varón y aunque le habían ofrecido esterilizarse después de su nacimiento, ella había rechazado la propuesta porque quería tener más hijos.
Desgraciadamente, su bebé en gestación, a quien su mamá llamó Leilani Beatriz, fue diagnosticada con anencefalia. Esto no le impedía tener conciencia, experimentar dolor, e incluso la probabilidad de que pudiera vivir meses o años.
Beatriz, asesorada por grupos a favor del aborto, acudió a la Corte Suprema del Salvador para solicitar la autorización de abortar y solicitó además ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos medidas provisionales.
Ambas instancias reconocieron que no había pruebas de que la vida de Beatriz estuviera en peligro de muerte y que ella estaba siendo atendida y monitoreada correctamente.
Finalmente, los médicos salvadoreños le hicieron una cesárea a Beatriz mientras estaba cursando la semana 26 de embarazo y su niña nació viva. Lloró y respiró, como cualquier niño. Pudo recibir el amor de su madre, permaneciendo en sus brazos unos instantes, pero, lamentablemente, falleció unas horas más tarde.
Beatriz siguió bajo supervisión medica, recuperándose de la cesárea, sin sufrir complicaciones mayores por causa del embarazo. En una entrevista posterior, ella contó cuánto quería que Leilani viviera, e incluso le llevaba flores a su tumba y le hablaba.
Lastimosamente, Beatriz falleció 4 años y 4 meses después del nacimiento de Leilani, a raíz heridas producidas por un accidente de moto. Su muerte, sostienen las organizaciones provida, contrariamente a lo que afirman los grupos abortistas, no tuvo ninguna relación con su segundo embarazo, ni con su bebé.
Un manejo lamentable
Para la Dra. Sadie Morgan, de la Asociación Médicos por la Vida en Costa Rica, “el manejo del caso es muy lamentable, pues se le negó a una madre embarazada y en situación de vulnerabilidad, la posibilidad de recibir un apoyo integral de cuidados paliativos perinatales.
Los cuidados paliativos le permiten a las mujeres e inclusive a las familias gestantes, enfrentarse a un pronóstico de vida extrauterino limitado de los bebés en gestación, con herramientas psicológicas que les permitan hacer un duelo adecuado.
Morgan lamentó que estos casos sean tomados por grupos que presionan para que se apruebe el aborto, es decir, la eliminación de personas por nacer, en vez de apoyar a las víctimas, tanto la madre como los hijos.
“Es importante además resaltar que desde el punto de vista médico, los especialistas que evaluaron a Beatriz aseguraron que su enfermedad de fondo estaba compensada, tal y como se demuestra, toda vez que posteriormente a la cesárea, no se reportaron complicaciones para su salud”, concluyó Morgan.
La Dra. Sadie Morgan, de la Asociación Médicos por la Vida, lamentó que casos como estos sean tomados por grupos que presionan la aprobación del aborto.