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“No la buscamos, la Independencia nos llegó regalada”, historiador P. Manuel Benavides

By Septiembre 14, 2021

En su más reciente obra, el historiador y sacerdote, Manuel Benavides, difiere de la manera como se relata la historia patria en los libros de texto. Muestra una Independencia que llegó regalada, sin grandes próceres ni héroes, en una época donde primaron más los intereses de una élite que el deseo de separarse de España en nombre del pueblo.

En el libro: El proceso de Independencia en las Provincias del Reino de Guatemala 1786-1824, el padre Benavides presenta una investigación fundamentada en una gran cantidad de fuentes de información. Recientemente compartió con el Eco Católico sobre algunos aspectos presentes en su investigación.

Más que fechas y hechos concretos, usted habla de ver la Independencia como un proceso, ¿Por qué?

La ciencia de la historia trata de interpretar, y entender el pasado como proceso, sea la Independencia u otra temática. La forma liberal de hacer Historia a finales del siglo XIX y principios de XX se creó con caudillos y fechas, el martirio de muchachos en el colegio cuando los obligan a aprenderse nombres y fechas. Así se hacía, era la forma de hacer Historia, pero eso no permite interpretar lo que pasó ¿Por qué, si la Independencia fue tan importante, después de esta los países las provincias del Reino de Guatemala se destruyeron tanto?

Si se ve en el contexto, uno puede comprender, el proceso. Las divisiones que marcaron la región centroamericana ya estaban antes de 1821, eran pan de cada día, por razones de explotación, no por parte de España, en el sentido que siempre se dice, sino por las élites locales, que peleaban por los beneficios a nivel económico. La mayoría de provincias querían liberarse de Guatemala porque esta era la que más los explotaba, apenas pudieron liberarse de esta salieron corriendo.

Usted menciona que no había un deseo expreso de separarse de España, que ese no era realmente el problema…

Se ha exagerado en la historiografía que queríamos independizarnos, la Independencia nos llegó regalada de México (Chiapas) y se convirtió en una brasa. Hubo sí algunas personas inquietas que tenían esa intención, pero hasta de ellos sospecho, pues era una sociedad donde la gente quería hacer méritos para obtener un puesto, entonces se inventaban muchas cosas, por ejemplo, aparecía gente proponiéndose como héroe de la Independencia, porque tal vez había tenido un problema (deudas con España, el Rey, problemas con la Inquisición, (problemas con familias locales…), es decir, no porque quisiera la Independencia, sino porque tenía cuentas pendientes con la justicia, entonces la Independencia les caía como anillo al dedo para librarse de eso.

No hubo un deseo de Independencia tan claro, ni siquiera con las revueltas que hubo en Granada, León, San Salvador entre 1811-1812, que se habían entendido como luchas por la Independencia, fueron tales.

La emancipación les llegó porque Nueva España (México), se independizó y comenzó la corriente. Ni siquiera inició en Guatemala, esto es importante, fue Chiapas (entonces provincia del Reino de Guatemala), y ni siquiera fue la capital de Chiapas, sino Comitán, una periferia. Ahí, la declararon y las élites no tuvieron más remedio que hacer lo mismo. La misma Acta de Independencia de Guatemala lo dice, se declara por miedo a que el pueblo la declare por su cuenta. Era miedo al caos y a la anarquía del que padecieron las élites guatemaltecas, así como las de cada provincia.

“Se ha exagerado en la historiografía que queríamos independizarnos, la Independencia nos llegó regalada de México (Chiapas) y se convirtió en una brasa”. Pbro. Manuel Benavides Historiador

Pero ¿por qué tenían miedo?

Hubo revueltas (1811, 1812 y 1814), también las revueltas indígenas de 1820. Cuando estas ocurrían, los ataques iban dirigidos en muchos casos contra la gente adinerada… En cualquier revuelta la agarraban contra ellos. Entonces, se meten a declarar la Independencia por conveniencia, no porque fueran muy patriotas. Próceres no, yo diría los miedosos de la Independencia. Aunque sin duda hubo gente noble también… La cuestión es que la Historia que nos dieron es la que se construyó a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando los liberales necesitaban respaldar el proyecto de gobierno que tenían, es decir, necesitaban una identidad a la altura de ellos y no del pueblo, había entonces que crear santos nuevos para sostener su proyecto.

El punto de partida lo romantizan, pues confunden la aceptación del regalo de la Independencia con el pleito posterior que tuvieron para decidir qué forma de gobierno se iba a adoptar. Una vez que pasa el primer momento en el que se declara la Independencia, viene la discusión entre regiones y líderes cuál sistema de gobierno elegir. Es complicado, ¿unirse a León, unirse a Guatemala o al Imperio de México? Había partidarios de los tres bandos, la mayoría con intereses creados por uno u otro. La Independencia se les tornó una brasa, y eso que ha Costa Rica le fue bien. En el resto de Centroamérica hubo divisiones, guerras civiles, enemigos entre sí.

En Costa Rica hubo cierta división (Guerra de Ochomogo), pero no a los niveles del resto de las provincias. Costa Rica había sido una provincia muy tranquila, no había tenido revueltas. Por rebote, cuando le llega el comunicado sobre la Independencia, tuvieron que asumir una posición, pero fue un proceso menos destructivo.

¿Podría detallar esos intereses que tenían las élites que tomaban las decisiones?

Antes y después de la Independencia en el Reino de Guatemala, las élites habían corrompido la estructura de gobierno, aprovechándose del rey para su propio beneficio y explotando a los pueblos, mucho más la capital, Guatemala, que explotaba a las demás provincias, y a todos los sectores sociales, sobre todo a los sectores bajos de la población. Sabían que habían tomado la estructura de gobierno y la habían puesto a su servicio en todas las provincias. En Costa Rica no había mucho que robar al rey, pero, por ejemplo, en El Salvador el diezmo producía mucho dinero. Habían tomado la estructura de gobierno y la usaban a su servicio para explotar al pueblo, y en cierta forma también se aprovechaban del rey y de la Iglesia para esto.

Las Cortes de Cádiz vinieron a poner orden y a la élite no le dio tiempo de apoderarse de la nueva estructura y echarla a perder. Justamente, otra razón para aceptar la In[1]dependencia, era para que las Cortes de España no siguieran perjudicando sus intereses. Un tema que a usted no le enseñaron en la escuela o el colegio fue lo del Trienio Liberal. Las Cortes de Cádiz fueron clausuradas en 1814. En 1820 hubo otra revolución en España y obligaron al Rey (Fernando VII) a jurar la Constitución de Cádiz, ahí empieza el Trienio Liberal (1820-1823), estas Cortes crearon leyes que perjudicaban aún más a la élite, les quitaron el fuero eclesiástico, el militar y se eliminaron las aduanas internas, entonces ¿Qué dicen? “Mejor nos independizamos de España”.

 ¿Existía entonces lo que se denominaría como una identidad costarricense?

Sí, hay una identidad bastante definida ya en la Colonia que permitió que, junto con situaciones y causas nuevas debido a las Cortes de Cádiz y a las del Trienio Liberal, Costa Rica pudiera asumir un camino más pacífico al decidir qué hacer con la Independencia que les regalaron. Hay una cita de Miguel González Saravia, jefe político de León, Nicaragua, en un informe que envió a México en 1822, en el que dijo que de Costa Rica no tenía noticias y que, de por sí, el sistema de Costa Rica fue el más original para gobernarse. Efectivamente fue así, porque de Nicaragua para arriba todos los demás se pelearon, Costa Rica vivía en paz y era diferente, ¿Por qué ocurrió eso? No fue por magia, hay causas antiguas y nuevas.

Hay estudios de otros historiadores que niegan que Costa Rica tuviera una identidad y dicen que esta se comienza a formar a partir de la Independencia, pero resaltando más el periodo final del siglo XIX, la época liberal. Claro que los liberales tenían un plan para crear una identidad, impuesta a la población en vistas a un plan político, y no es una identidad que nace poco a poco, la meten en el sistema educativo; pero no podemos quedarnos ahí, quienes dicen eso piensan la historia desde la visión liberal y al servicio de la idea liberal.

¿Qué papel jugó la Iglesia en todo esto? ¿estaba en contra, favor, fue neutral?

Es un tema que quedó pendiente en el libro, al principio iba a incluir un capítulo sobre esto, pero decidí quitarlo, porque merece tratarse con bastante detenimiento, quedará para otro libro. Pero sí le puedo decir que hay que empezar por quitarse la idea de que la Iglesia estaba en contra de la Independencia, como sugieren algunos historiadores. Es más, cuando la comisión del Arzobispado de Guatemala me pidió hacer una investigación sobre la participación de la Iglesia, en el correo me decían que era para hablar sobre “la oposición de la Iglesia”, ¡mire usted! ¡hasta dentro de la misma Iglesia se han creído eso! Claro, tampoco se debe idealizar y decir que todos los curas estaban de acuerdo con la Independencia.

En las Actas de Independencia se jura proteger a la Iglesia, la mencionan porque era una cuestión importante, alguien podría oponerse a la Independencia o provocar una revuelta haciendo circular la sospecha que la emancipación era para atacar a la Iglesia, por ejemplo. No se trata tampoco de decir: “La iglesia siempre metiéndose en todo por intereses”, eso es falso, lo que no quiere decir que no hubiera curas con intereses para intervenir en el proceso.

Pero sí, el clero tuvo un papel fundamental, por ejemplo, una historia curiosa, en Sonsonate, El Salvador, al declararse la Independencia, los curas tuvieron que intervenir en las manifestaciones de júbilo del pueblo porque querían castrar a los españoles. Y así hubo casos, donde el cura o el obispo intervinieron para proteger la vida de muchas personas.

Es también muy fácil decir que tal obispo tuvo una determinada posición o fue “recalcitrante monarquista”, pero ya quisiera ver a los que dicen eso con tanta ligereza estar en sus zapatos, cuando hay una amenaza de guerra o de levantamiento; podían tener interés por uno u otro bando, pero la situación no era nada fácil para decidirse cómodamente.

 

Si desea adquirir el libro del Padre Benavides puede escribir por WhatsApp al 7074-0514, o enviar un mensaje por medio de Facebook en la página: Libros Benavides

Last modified on Miércoles, 28 Septiembre 2022 11:51
Danny Solano Gómez

Periodista, licenciado en Producción de Medios, especializado en temas de fe católica, trabaja en el Eco Católico desde el año 2009.

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