“Monseñor, de vez en cuando oigo en alguna estación de radio y en otros medios, cantos protestantes y evangélicos. Además, tengo insumos con otros cantos que algún amigo no católico me ha prestado o regalado. ¿Hago algo malo en escucharlos e inclusive invitar a otros que lo hagan? Le agradezco su atención y posibles sugerencias.”

 Santiago Picado S. - San José

Estimado Santiago, su “duda” es de fácil respuesta y a la vez de no tan fácil… En efecto, hay cantos de nuestros hermanos no católicos que son muy bonitos, realmente, y que en sus letras, no se oponen en nada a nuestra fe cristiana católica. En este caso, no sólo no hay nada en contra de que usted y sus amigos los oigan y los difundan, sino que puede ser un medio para orar y para pensar en cristiano, asimilando mensajes positivos útiles para la vida de todos los días.

Sin embargo- y ahí está lo no tan fácil de su “duda”- hay algunos factores o circunstancias por las cuales no siempre conviene y es recomendable escuchar y difundir cantos de nuestros hermanos no católicos.

He aquí algunas razones: 1. Con las letras del canto va también una “teología” que las inspiran, aunque a primera vista, no siempre resulte tan claro. Se trata de una “teología” que se transmite con expresiones que, si no son abiertamente incorrectas en su contenido, lo son por su parcialidad. Le doy un ejemplo: se está difundiendo y se escucha con frecuencia la súplica, “que nos cubra la Sangre de Cristo”. La expresión es bella y puede ser interpretada correctamente, pero ella nos deriva de la concepción teológica de Lutero. Según él, la expresión que acabamos de recordar, significaba que nos cubre la Sangre o los méritos de Jesús, mientras que nosotros seguimos “pecadores”, incapaces de realizar ninguna obra buena… Casi que Dios Padre, viera sólo la Sangre o los méritos de Jesús que nos cubren, ocultando nuestro pecado y así nos considera salvados, pero sin que nada realmente cambie en nuestra vida. Y sabemos que este modo de pensar, no corresponde a lo que nos afirma la Revelación que encontramos en la Sagrada Escritura. En efecto sabemos que la gracia de Dios significada por la expresión “Sangre de Cristo”, nos va transformando interiormente y nos hace “nuevas criaturas”, y entonces capaces de realizar obras buenas e inclusive de poder llegar a expresiones de auténtico heroísmo cristiano, como lo contemplamos en muchos santos y mártires.

La expresión que acabamos de recordar, como otras: “soy salvo”, “solo Cristo salva”, “somos salvos por la fe”, “las religiones no salvan”, solo la fe” … apuntan a la verdad pero no la dicen toda y nos pueden llevar al engaño con su fácil difusión por medio de cantos, de programas de radio, con predicación protestante y evangélica, etc.

Hay una segunda razón: algunos nos dicen, “son cantos bonitos, me gustan, no hay nada malo…”, sin advertir que de ese modo se puede fomentar un cierto relativismo, cierta superficialidad. Lo que está en juego es la propia fe y no cabe en absoluto dejarla en sombra, simplemente por el gusto, por lo bonito de algunos cantos.