La foto es significativa en el contexto de esta serie de artículos sobre los santos que han estado en Costa Rica, principalmente porque en ella aparece el beato Luis Furones Arenas, de quien hemos hablado en las últimas entregas. El padre Arenas se encuentra en la fila superior, el tercero desde la derecha, con hábito blanco.
En las actividades de ese día también estaba el capuchino fray Domingo de San Pere Riudebitlles, a quien también dedicamos tres artículos algunos meses atrás (entre diciembre y enero). Es decir, en esa celebración se encontraron dos futuros mártires de la persecución religiosa en España. Dos futuros beatos, un hijo de santo Domingo y un hijo de san Francisco. Lamentablemente fray Domingo no aparece en la foto, pero la crónica de la festividad publicada en el mismo boletín sí da cuenta de su presencia en el almuerzo.
En la foto aparecen varios personajes destacados, tales como:
- Don Julio Acosta García. Primera fila en el centro. Presidente de la República (1920-1924). Participó en la entrega de los premios del concurso literario y obsequió tres medallas de oro para ese fin.
- Tomás Soley Güell: ministro de hacienda. Primera fila, cuarto de izquierda a derecha, junto al presidente.
- Miguel Obregón: ministro de educación y de relaciones exteriores. Primera fila, segundo de izquierda a derecha.
- Luis Javier Muñoz y Capurón, arzobispo de Guatemala, exiliado en nuestro país. Primera fila, junto al presidente. Fue ordenado obispo en San José, el 24 de agosto de 1921 y luego partió hacia su patria.
- Fray Eusebio Frutos: primera fila, en el extremo derecho, con el hábito dominico completo (blanco y negro). Fue el predicador de la Misa semi-pontifical de ese día. En esa época era costumbre que, para la fiesta de san Francisco, los frailes franciscanos invitaban a un dominico para predicar la Misa principal y, por su parte, para la fiesta de santo Domingo, los dominicos invitaban un franciscano a hacer lo mismo.
- Andrés Lucas Marín. Párroco de San Vicente de Moravia. Primera fila, extremo izquierdo, junto a Miguel Obregón.
- Domingo Soldati: salesiano, director del hospicio de huérfanos de Cartago. Segunda fila, extremo izquierdo, casi escondido atrás.
En la ocasión también estuvieron presentes intelectuales de la época como Eladio Prado, Abelardo Bonilla, Hernán Zamora Elizondo, Mariano Figueres Forges (padre de don José Figueres Ferrer) y Napoleón Quesada Salazar, distinguido educador costarricense que, al año siguiente, fue designado ministro de Educación, en el segundo gobierno de don Ricardo Jiménez Oreamuno. El profesor Quesada Salazar obtuvo, en el concurso literario, el primer premio (medalla de oro) por su obra “Canto a la fe”. También el año anterior había obtenido mención honorífica por un poema dedicado a la Reina de los Ángeles, publicado en la edición de mayo de la misma revista.