Es necesario repensar y reflexionar sobre los casos de corrupción que han golpeado al país, no de ahora, sino desde hace varias décadas. Es necesario que quien llegue a la función pública sienta el compromiso que pesa sobre sus hombros para servir a la ciudadanía de manera honesta y transparente.
“La administración pública, a cualquier nivel -nacional, regional, municipal-, como instrumento del Estado, tiene como finalidad servir a los ciudadanos”, describe el mismo Compendio de la Doctrina Social (número 412).
Todos, como ciudadanos, también podemos contribuir a favorecer este clima de servicio honesto y transparente; que en la labor que realicemos, sea en el servicio público o en la instancia privada, trabajemos con honradez. Es necesario que nuestro país cambie el rumbo que ha venido tomando; que no se haga costumbre ver estos hechos de corrupción; que no se vuelva viral el darle la espalda a la ley.
Ahora que los partidos políticos postulan sus candidatos a diferentes cargos de elección popular, de cara al mes de febrero de 2022, es importante también que puedan trabajar por destacar los valores de la ética y la transparencia; que puedan postular personas con auténtico espíritu de servicio, que puedan abogar desde sus estructuras por un combate frontal a toda forma de corrupción.
No podemos perder el ánimo ni la esperanza, ni menos pensar que todo se hace mal en nuestro país; pero no podemos permitir que los hechos que se acusan queden impunes. De esto, las autoridades respectivas deben tomar el control para dar cuentas a la sociedad.
Es importante que Costa Rica privilegie el bien común, la justicia y paz social; que retome el rumbo de la solidaridad. Cultivemos los mejores sentimientos en nuestra comunidad, en nuestras familias y los lugares en que trabajamos.
El Papa Francisco nos decía el 9 de diciembre de 2019, por medio de un tweet: “la corrupción degrada la dignidad de la persona y destruye los ideales buenos y hermosos. La sociedad está llamada a comprometerse concretamente para combatir el cáncer de la corrupción que, con la ilusión de ganancias rápidas y fáciles, en realidad empobrece a todos”.
Comprometámonos todos a luchar por el bien común y la transparencia, por el desarrollo integral de todos en beneficio de nuestro país.