Desde la Iglesia Católica creemos firmemente que la familia es base para transmitir la fe y los valores, para compartir las virtudes humanas y así ponerlas al servicio de la sociedad.
El Papa Francisco también nos recordaba en su mensaje del 19 de marzo: “En este tiempo de pandemia, en medio de tantas dificultades tanto psicológicas como económicas y sanitarias, todo esto ha resultado evidente: los lazos familiares han estado y siguen estando muy probados, pero al mismo tiempo continúan siendo el punto de referencia más firme, el apoyo más fuerte, la salvaguarda insustituible para la estabilidad de toda la comunidad humana y social”.
¡Cuidemos a la familia! Cuán necesario es que haya políticas gubernamentales y leyes que fortalezcan y propicien la promoción de la institución familiar.
Este año de la familia debe movernos a respetar el papel fundamental de la familia en la sociedad, a defender su belleza y valorar el bien indispensable que hace a la humanidad a partir de los vínculos que se generan.
En la Iglesia, cuánto bien realiza la Pastoral Familiar en el acompañamiento de todas las familias y en el cuidado de las personas que la integran. Les animo a que sigamos, desde esta importante misión, promoviendo el desarrollo y cuidado de las familias; ojalá en todas las parroquias haya una Pastoral Familiar fortalecida que se convierta en un apoyo fundamental para la comunidad.
Pongamos también nuestra mirada en la Sagrada Familia de Nazaret, para que, desde el ejemplo de amor de Jesús, María y José, podamos amar, proteger y consolidar a nuestras familias, y vivir de esa manera el designio que Dios ha querido con la familia, como base de la sociedad y de la comunidad eclesial.