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Llevar a Cristo Eucaristía a los enfermos

By Febrero 11, 2025
Don Jorge renunció a su trabajo y se dedicó enteramente a servir al Señor en los enfermos. Don Jorge renunció a su trabajo y se dedicó enteramente a servir al Señor en los enfermos.

Un día en el hospital, don Jorge encontró a una mujer desconsolada al pie de una cama, acompañaba a la mamá, quien estaba muy enferma, no se movía y ni siquiera abría los ojos. Don Jorge conversó con la mujer y le propuso orar juntos, le pidió que tomara una mano de la paciente, mientras él tomaba la otra. Comenzó a orar y justo cuando terminó la oración, la señora se unió a ambas voces y pronunció fuerte y claro la palabra amén.

Esta es solo una de tantas historias que acumula don Jorge Rodríguez, ministro extraordinario de la Sagrada Comunión desde hace 14 años, vecino de San Rafael de Escazú, y quien sirve en el Hospital México y el Hospital Nacional Geriátrico Dr. Raúl Blanco Cervantes.

Por muchos años ha sido misionero y predicador. Sin embargo, hubo un momento crucial en su vida, cuando, hace casi una década, él trabajaba como gerente en un exclusivo restaurante de Escazú, se aprestaba para cerrar cuando escuchó una voz que le dijo: Sígueme.

Aquello lo descolocó. Contó a su guía espiritual sobre esta experiencia y este le aconsejó esperar. “El Señor quiere que le sirvás. Dale tiempo, no lo apurés”, le dijo el sacerdote.

Pasaron siete días desde aquella experiencia y nuevamente escuchó una voz: “Tú sígueme”. Don Jorge pensó que era momento de renunciar a su trabajo y dedicarse enteramente a servir al Señor, sin embargo, la decisión no era fácil, sobre todo si tenía en cuenta que ganaba un salario muy alto. Habló con su esposa y ella lo apoyó.

Anteriormente había servido en el CAI de Cartago y en Hogares CREA. Así que pensó en hacer su labor en cárceles, hospitales, hogares… Un día lo contactaron para colaborar en el Centro Penitenciario La Reforma, de ahí alguien más le pidió apoyo en el Buen Pastor (CAI Vilma Curling) y luego en la cárcel de San Sebastián.

Pero Dios tenía sus planes. Un día le avisaron que un amigo estaba grave en el Hospital México y fue a visitarlo. Al verlo decidió pasar a la Capilla para orar, allí vio al capellán, Padre José Joaquín, le habló sobre el paciente y le pidió que le diera los Santos Óleos.

En esa conversación surgió la idea de servir en el Hospital como Ministro Extraordinario de la Comunión. Tres días después don Jorge estaba sirviendo como tal. Luego, lo contactaron del Hospital San Juan de Dios. En otra ocasión, mientras iba a acompañar a una señora al Hospital Blanco Cervantes conoció al Padre Ignacio, capellán, y también le abrió las puertas.

La pandemia provocó que se establecieran una serie de directrices en las cárceles, por lo tanto, su servicio pastoral allí se ha visto limitado, ya que prácticamente está prohibido el ingreso para personas externas. “Dios me sacó de las cárceles, como diciéndome: “Ya me serviste aquí, quédate con los hospitales”, añade don Jorge.

Grandes experiencias

Así, llega con mucha paz a ofrecer la Comunión o una oración a los pacientes. Muchas personas agradecen este gesto y le transmiten su agradecimiento. Sin embargo, también ha habido personas que le han respondido de mala manera y hasta con malacrianzas. A esto, él simplemente se aparta y continúa su servicio.

Una vez incluso un hombre le pidió una oración, apenas comenzó a orar el individuo se puso agresivo, le gritó que se callara y que fuera. Fue un comportamiento extraño, pero don Jorge trata de ser comprensivo, explica que posiblemente esa persona cargaba mucho en su corazón y lo que cargaba no resistía el mensaje de Cristo.

Pero sobre todo hay momentos muy bellos, como una vez que encontró a una señora en cama, conectada a un aparato, con un Rosario en las manos, cuando le preguntó qué hacía, ella le respondió con mucha paz: “Oro por los que no lo hacen y por todos los enfermos”.

Hace un tiempo, en la Unidad de Cuidados Intensivos estaba un muchacho en una cama, tenía un rosario en su mano y lo acompañaba el papá. Don Jorge le preguntó si podía hacer una oración y recibir el Santísimo Sacramento. El joven asintió. “Hagamos una fiesta en Cristo Jesús”, dijo don Jorge.

El chico tenía muchas dificultades para moverse, pero cuando iba recibir la Comunión pidió a su padre que le levantara la camilla y se dispuso a recibir el Cuerpo de Cristo. Aquello fue totalmente inesperado, pero son esos momentos, donde don Jorge, ve la misericordia de Cristo y son recuerdos que guarda en su corazón.

Una vez también, fue a visitar a Marcelo, el hijo de un amigo, al hospital. El chico estaba muy grave. Llamaron al capellán, llegó un doctor amigo y junto a ellos comenzaron a hacer oración. En el momento de oración más intenso el muchacho abrió los ojos.

Hoy su padre, Cristian Tamayo, es Ministro Extraordinario de la Comunión y ha recibido el envío para servir en el Hospital México. “¡Cómo no voy a servir yo en el lugar donde mi hijo se levantó!”, le dijo a don Jorge. Mientras tanto el hijo, Marcelo, se forma como médico y actualmente hace su internado en ese mismo centro médico.

Last modified on Martes, 11 Febrero 2025 12:27
Danny Solano Gómez

Periodista, licenciado en Producción de Medios, especializado en temas de fe católica, trabaja en el Eco Católico desde el año 2009.

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