
Un día en el hospital, don Jorge encontró a una mujer desconsolada al pie de una cama, acompañaba a la mamá, quien estaba muy enferma, no se movía y ni siquiera abría los ojos. Don Jorge conversó con la mujer y le propuso orar juntos, le pidió que tomara una mano de la paciente, mientras él tomaba la otra. Comenzó a orar y justo cuando terminó la oración, la señora se unió a ambas voces y pronunció fuerte y claro la palabra amén.
Esta es solo una de tantas historias que acumula don Jorge Rodríguez, ministro extraordinario de la Sagrada Comunión desde hace 14 años, vecino de San Rafael de Escazú, y quien sirve en el Hospital México y el Hospital Nacional Geriátrico Dr. Raúl Blanco Cervantes.