Un rey mago de la zona indígena que ofrece cacao al Niño Dios, otro le presenta café de la Meseta Central, mientras el tercero, afrodescendiente, pone a sus pies un racimo de banano. Así de tico es el pasito que expone la artesana costarricense Cinthya Soto, al abrigo de la columnata de Bernini, en el Vaticano.
En diálogo con el Eco Católico, la artesana sarchiseña comentó que ella trabaja en madera y todas sus figuras tienen motivos religiosos. Desde hace algún tiempo comenzó el proceso de selección ante las autoridades vaticanas, cumpliendo con todos los requisitos que se piden, como mandar fotos de la obra y datos de su creador.
Hace poco más de un mes le comunicaron que fue elegida, lo cual la llenó de mucha alegría. Con el apoyo de su familia, doña Cinthya viajó a Roma e instaló ella misma, pieza por pieza el pasito, obra de sus manos. Ella es la única centroamericana en la exposición, que se realiza cada año en la plaza de San Pedro con ocasión de la Navidad. Dicha exposición será inaugurada formalmente el próximo domingo 8 de diciembre y se mantendrá hasta el martes 7 de enero de 2025.
Doña Cinthya Soto tiene diez años de ser artesana. Todas sus obras representan motivos religiosos.
El año pasado, esta exposición de pesebres rompió récord de asistencia, superando las 300 mil personas. Este año, con la apertura del Jubileo de la Esperanza (24 de diciembre), se espera que muchas más personas visiten Roma y aprecien estas obras de arte religioso.
"Yo soy católica y estoy muy feliz de esta oportunidad, porque más que el pasito como tal, representa lo que soy, en primer lugar como artesana, como sarchiseña y como persona de fe", dijo doña Cinthya. Para ella, el pasito encierra el sentido más profundo y verdadero de la navidad: el nacimiento de Jesús, nuestro Salvador.
"Dios tiene que ser el centro de la navidad, a veces ponemos tantas imágenes de decoración que no son cristianas y que provienen de otras costumbres que se nos olvida que la Sagrada Familia es el centro de la navidad", agregó.
Hace diez años que doña Cinthya trabaja la artesanía en madera y siempre ha dedicado su arte a Dios.
“Comunión, creatividad y tenacidad”
El Papa “hace entrega” de estas tres palabras clave a los Directores Nacionales de las OMP reunidos en Roma con motivo de la Asamblea General anual
“Comunión, creatividad y tenacidad. Reflexionemos sobre estas palabras clave, que son relevantes para la Iglesia en estado permanente de misión y más aún para nuestras Obras Misionales, ahora llamadas a renovarse para un servicio cada vez más incisivo y eficaz”.
Así se dirigía el Papa este sábado 25 de mayo a los aproximadamente 120 directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias (OMP) de todo el mundo, con motivo de la tradicional audiencia a la Asamblea General Anual que se desarrolla estos días en la casa de espiritualidad “Fraterna Domus” en Sacrofano, provincia de Roma. Entre ellos, está presente el Padre Jafet Peytrequín Ugalde, Secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Misiones de la Conferencia Episcopal y Director Nacional de las OMP, quien incluso pudo saludar personalmente al Santo Padre.
Los trabajos de la Asamblea continuarán hasta el 31 de mayo. Se trata de una cita central durante el año que en esta edición se centrará en la renovación de los Estatutos de las OMP.En la apertura de la Asamblea, el Presidente de las OMP, el Arzobispo Mons. Emilio Nappa había subrayado: “El ‘cambio de época’ que se está produciendo en el mundo interpela también la naturaleza y la misión específica de las Obras Misionales Pontificias, llamadas a leer atentamente lo que sucede en la sociedad para ponernos una vez más en salida, saliendo al encuentro de las profundas necesidades de los hombres y mujeres de hoy”.
Hasta el próximo 31 de enero hay tiempo para inscribirse en el concurso internacional para la realización de un Vía Crucis pictórico, destinado a exposiciones temporales en la Basílica de San Pedro en el Vaticano.
La participación en el concurso, se lee en el comunicado oficial, es gratuita y está abierta a candidatos de todas las nacionalidades que hayan alcanzado la mayoría de edad.
Los candidatos deberán formalizar su solicitud de admisión al concurso completando el formulario que figura en el sitio web dedicado a la iniciativa, al que se puede acceder a través de un enlace desde el sitio web institucional de la Basílica Vaticana. El enlace de inscripción es: El enlace para ña inscripción es: https://contest.viacrucis2026.va/en/
Las personas interesadas deberán enviar los siguientes documentos a través del mismo formulario, en formato PDF: a) un breve Curriculum vitae (en italiano o inglés); b) un libro fotográfico que contenga una selección de obras pictóricas de su creación (no más de 10), acompañada de breves leyendas e información técnica relevante.
El comunicado informa que las candidaturas serán sometidas a la evaluación de una comisión examinadora, específicamente creada y presidida por la Fábrica de San Pedro, que emitirá su dictamen antes del 15 de marzo de 2024, mientras que la Fábrica enviará a los candidatos seleccionados la comunicación de admisión al concurso.
El proyecto ganador se anunciará antes del 30 de setiembre de 2024 y la Fábrica de San Pedro otorgará al artista el premio de 120 mil euros y el encargo de realizar las catorce estaciones del Vía Crucis. Los artistas no ganadores recibirán un certificado de participación en el concurso.
El 14 de enero de este año, recibimos una carta del Padre General de la Orden Libanesa Maronita. En la misiva, nos instaba a responder al llamado del Patriarca Maronita para hacer sonar las campanas a las 10:30 de la mañana de hoy viernes 19 de enero 2024, uniéndonos a la Santa Sede en el Vaticano para celebrar la entronización del mosaico de san Charbel Makhlouf, (1828-1898). Este mosaico fue develado cerca de la tumba de San Pablo VI, quien lo beatificó el 5 de diciembre de 1965 y lo canonizó el 9 de octubre de 1977. Un momento inefable, que resalta la espiritualidad de este prodigioso santo de la Iglesia Universal.
Este artículo está dirigido con afecto a los costarricenses de origen libanés y a la comunidad costarricense en general que comparten una devoción por San Charbel Makhlouf.
Durante mi estancia en Costa Rica, fui testigo de la profunda devoción a San Charbel y de los milagros que, por su intercesión, ha realizado, así como las conversiones que ha propiciado al acercar a las personas al Dios uno y trino con su poderosa intervención.
Los dos libros dedicados a él que he escrito, uno titulado “Flor Admirable de Santidad” y el otro “La Gloria de la Orden Libanesa Maronita”, fueron entregados personalmente tanto al Santo Padre Francisco como al Papa Benedicto XVI.
He tenido el privilegio de escribir personalmente un librito titulado “Orar con san Charbel Makhlouf”, el cual ha sido una expresión de devoción y guía espiritual para los devotos a este gran místico maronita.
Es de conocimiento público que el Papa Francisco es un devoto ferviente de san Charbel desde sus días como arzobispo de Buenos Aires. Su sonrisa al bendecir el mosaico en la Plaza de San Pedro refleja la profunda relación espiritual que mantiene con este santo.
En numerosas ocasiones, hemos presenciado al Santo Padre expresando su devoción al darle un beso a un icono de San Charbel. Asimismo, lo hemos visto solicitando la intercesión de este santo por la paz en el Líbano, mostrando así su compromiso espiritual y su deseo por la armonía en esa región.
Presentamos a San Charbel, cuya vida de humildad, oración fervorosa y caridad lo convierte en un testigo del Reino, siendo una memoria evangélica tanto para los cristianos como para el mundo. Este hombre impregnado de Dios, con un fervor místico intenso, brilla como una de las figuras más emblemáticas de la santidad durante los siglos XIX-XX.
Su legado abarca desde la segunda mitad del siglo XIX hasta nuestros días, floreciendo en el silencio de los monasterios y destacándose como el icono de la santidad maronita. San Charbel Makhlouf, un auténtico “experto en Dios”, irradió la luz divina del evangelio, convirtiéndose en uno de los santos más queridos por el pueblo libanés. Su vida eremítica, marcada por la ascesis y el silencio como sacrificio voluntario del amor, lo llevó a ser un padre espiritual y un testimonio vivo de la transfiguración de la Luz del Espíritu.
La teología experiencial de Charbel destaca la adquisición del Espíritu de Dios como el fin de la vida cristiana, reflejando la riqueza espiritual de la tradición cristiana oriental.