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Viernes, 13 Junio 2025

“Evangelium vitae sigue plenamente vigente y actual”

By Mayo 22, 2025
Luis Fernando Calvo, fundador de Opciones Heroicas. Luis Fernando Calvo, fundador de Opciones Heroicas.

Hace tres décadas, Juan Pablo II reflexionaba sobre el relativismo moral y cómo, en nombre de la libertad, se justifican crímenes como el aborto voluntario o la eutanasia.

La Encíclica Evangelium Vitae, publicada en marzo de 1995, muestra el magisterio de la Iglesia respecto a la dignidad de la vida humana, un recordatorio imperecedero de la necesidad de fomentar la cultura de la vida.

Luis Fernando Calvo, director del Instituto Tomás Moro y fundador de la organización provida Opciones Heroicas, compartió con Eco Católico algunas de sus opiniones respecto al aniversario de este documento pontificio.

 

¿Qué contexto social llevó a la publicación de Evangelium Vitae hace 30 años?

El pontificado de Juan Pablo II se enmarca en el contexto inmediato posterior del mayo del 1968, que podría denominarse como la segunda parte, atenuada, de la Revolución Francesa. Si la Revolución de 1789 fue política y social, la del mayo del 68 fue una revolución de corte moral, presidida por el lema: ¡Il est interdit d'interdire! (está prohibido prohibir).

El Cardenal Wojtyla asciende al trono de Pedro tan solo 10 años después de este galimatías cultural, social y moral. Es en mayo de 1978, el mismo año del inicio de su pontificado, que Italia, su segundo hogar, legalizaría el aborto.

En su visita a España, en 1982, Juan Pablo II dirige unas fuertes palabras contra el aborto: “Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente. Se minaría el mismo fundamento de la sociedad”. El Papa, con profundo dolor, habrá contemplado como muchos países, históricamente cristianos, cedieron ante el crimen del aborto antes y después de la promulgación de la encíclica. Dice George Weigel, biógrafo de Juan Pablo II, que la reforma moral de Juan Pablo II es en realidad un tríptico, que parte de Centesimus annus (1991), continúa con Veritatis splendor (1993) y culmina con Evangelium vitae (1995).

 

¿Por qué se dice que el mensaje de esta Encíclica no va dirigido solo a los católicos?

En sentido general, la encíclica Evangelium vitae se dirige a todo el pueblo católico, empezando por los obispos y culminando con los laicos, pero también se dirige, según la tradición iniciada por Juan XXIII, a toda persona de buena voluntad. Es un mensaje para los hijos de la Iglesia y también para quienes desean el bien sin ser católicos o creyentes, es decir, toda persona de buena voluntad.

La defensa de la vida humana, y en esto Benedicto XVI hizo particular énfasis, se debe fundamentar ante todo en la naturaleza humana y la ley que deriva de esta naturaleza (ley natural), pues todo ser humano, con independencia de sus creencias religiosas, puede conocer la verdad del ser humano y dar cuenta de su dignidad inherente, para oponerse a todos los males que pretenden cosificar y reducir el valor de la persona humana.

Adicionalmente, quisiera subrayar lo siguiente: hacia el final del texto, el Papa dirige sus palabras hacia distintos grupos humanos, tales como los profesores y educadores, así como a los intelectuales y también a los responsables de los medios de comunicación social, que tienen en sus manos la posibilidad de crear una nueva cultura de la dignidad humana.

Pero también dirige unas palabras de aliento y esperanza a las mujeres, invitándolas a una lógica de la gratuidad y de acogida de la vida humana naciente. A su vez, dedica unas palabras de consuelo a las que han abortado, reconoce las difíciles condiciones de vida que les habrán llevado a abortar, y ofrece el perdón de Dios por medio del sacramento de la reconciliación.

 

La Encíclica anticipa temas y debates que se tienen hoy en día, ¿se ha perdido su llamado contra la cultura de la muerte?

Creo que la Iglesia debe seguir predicando la verdad del Evangelio de la vida a pesar de que las conciencias, endurecidas por el egoísmo, no hagan caso. En pocas ocasiones vemos que la Iglesia es verdaderamente “una voz que clama en el desierto”.

A veces, en el contexto internacional, quienes se alían con la Iglesia en la defensa de la vida en los últimos tiempos han sido los países mayoritariamente islámicos. La crisis de valores en Occidente no puede ser más patente.

Ciertamente la Iglesia puede hacer más para retomar el mensaje de la Encíclica, que siga siendo relevante pastoralmente, en su reflexión, en los seminarios y universidades católicas: ahí hay trabajo pendiente por hacer y para poder incidir de mejor manera por el bien común de la sociedad, pues sabemos que es imposible promover el bien común con prácticas como el aborto, la eutanasia o la maternidad subrogada.

 

La Encíclica mostraba preocupación por la relativización moral y el individualismo. En Costa Rica, ¿qué podría decirnos sobre ambos temas presentes en el actual escenario social, político y económico?

Este diría que es un aspecto fundamental de la encíclica: “un concepto de libertad que exalta de modo absoluto al individuo” (numeral 19). Dice también el Santo Padre que “semejante cultura de la muerte, en su conjunto, manifiesta una visión de la libertad muy individualista” (idem). Uno de los grandes problemas de nuestro tiempo es la mala concepción de la libertad, aupada por las ideologías de diverso signo, que desfiguran la noción de hombre y su relación con los demás. Este es el caso franco de Costa Rica. Una sociedad que se guía por la idea liberal de libertad y que deja al hombre solo, como mónada, en franca competencia intergeneracional, desentendiéndose de los que le precedieron con el abandono (y las discusiones que ya se suscitan sobre a eutanasia) y de los que le suceden con el aborto.

La economía es otro caso paradigmático: no podemos seguir desvinculando la economía de la ética: debemos rechazar la lógica del crecimiento económico perpetuo que nos lleva a un consumo exacerbado que deshumaniza, a la cosificación de la persona, al utilitarismo puro y duro y el despilfarro de la creación que Dios amorosamente nos ha legado.

 

Se trata de temas vigentes, ¿ve necesaria una nueva palabra del magisterio al respecto?

Es una excelente pregunta y genuinamente me siento difícilmente capacitado para responderla. Las enseñanzas de Evangelium vitae siguen plenamente vigentes y actuales, por lo que no es absolutamente indispensable publicar magisterio nuevo al respecto, aunque ciertamente, podría significar un influjo positivo y necesario el que el Papa León XIV publicase un texto magisterial al respecto, se colocaría en la estela de Juan Pablo II, pero leyendo los signos de los tiempos y buscando responder a ellos desde el Evangelio de la vida, que es el mensaje de Jesucristo, camino, verdad y vida (Juan 14, 6).

Desearía que la Iglesia que peregrina en Costa Rica pudiese materializar el anhelo de una pastoral de la vida, enfocada en la promoción, desde el amor, de la dignidad de toda persona humana y el necesario cuidado que debemos al prójimo en virtud de su valor y de su condición de criatura amada por Dios.

Danny Solano Gómez

Periodista, licenciado en Producción de Medios, especializado en temas de fe católica, trabaja en el Eco Católico desde el año 2009.

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