Se trata de don Álvaro Vargas Aguilar, de 95 años de edad y vecino de San Nicolás, distrito de Cartago. Según cuenta, se integró a la Hermandad por una promesa relacionada con el nacimiento de su segundo hijo.
Recuerda que su esposa estaba en el hospital y tenía problemas de parto, debido a la posición del bebé. Una partera le dijo que se fuera de inmediato para la Basílica Nuestra Señora de los Ángeles y allí le pidiera al Nazareno por el alumbramiento.
Don Álvaro así lo hizo. Fue, y cuando regresó al centro médico, su hijo ya había nacido. El parto fue exitoso. “Yo solo tuve fe”, añade con toda franqueza. Al poco tiempo, decidió, en agradecimiento, integrarse a la Hermandad de Jesús Nazareno.
Recuerda que el primer año apareció como sayón y años después como soldado romano. Los frailes de entonces, según menciona, eran muy estrictos y todo debía hacerse con mucho orden y disciplina.
Don Álvaro se mantuvo activo en la Hermandad hasta la pandemia de Covid-19, cuando se vio obligado a limitar su participación en las diferentes actividades, como reuniones y Horas Santas.
Sin embargo, fueron muchos años en los que apareció en procesiones y demás actos. “Hice una petición al Señor que siempre respeté”, arguye con firmeza.
Entre sus historias, contó de cuando el Convento de los Padres Capuchinos en Cartago estaba en construcción, aun no tenía techo ni alcantarillado. Era Jueves Santo y se preparaban para salir en procesión con el Nazareno, de repente se vino un fuerte aguacero, el templo se inundó y tuvieron que llevar la imagen en carro hasta la Catedral para resguardarla allí.
Don Álvaro motiva a los jóvenes a ingresar a la Hermandad de Jesús Nazareno y a involucrarse en las celebraciones de Semana Santa. Si bien sus hijos no siguieron sus pasos en la Hermandad, tres de sus nietos y un bisnieto sí han participado.
La Hermandad de Jesús Nazareno
Fundada en 1918, la Hermandad de Jesús Nazareno del Convento de los Padres Capuchinos es la más antigua de Cartago y una de las más antiguas del país. Se cuenta que la iniciativa provino de Fray Dionisio de Llorens, al ver el entusiasmo de un grupo de ocho jóvenes que acompañaban la Procesión del Silencio.
Así se decidió crear la Asociación de Caballeros de Jesús Nazareno. Más tarde, en 1923, pasó a llamarse Hermandad de Jesús Nazareno. Por más de 100 años, esta Hermandad ha sido un pilar de la tradición y la devoción del pueblo cartaginés.