Jugar de niño a celebrar Misa, conocer la fe después del fallecimiento de un papá, sentir miedo e ignorar el llamado para luego decir sí con firmeza. Estas son algunas de las situaciones vividas por los cinco jóvenes que serán ordenados diáconos (sábado 1 de marzo, Catedral Metropolitana, a partir de las 9:00 a.m.) para alegría de la Arquidiócesis de San José y de toda la Iglesia Universal.
Los llamados a este servicio son: Jorge Eduardo Amador López, Omar Daniel Calderón Ureña, Adiel Jesús Mora Hidalgo, Efrén Adrián Quirós Fonseca y Álvaro Luis Yataco Cáceres.
Álvaro Luis Yataco Cáceres
Edad: 29 años.
Parroquia de Origen: Nuestra Señora de Guadalupe, en Lima, Perú.
Lema: “Vi al Señor en la cruz, y la única forma en que podía consolarle era dándole mi vida entera”. Hna. Clare Crockett, Sierva de Dios
Cuenta que en su familia son pocos los que llevan una vida de fe dentro de la Iglesia. Incluso, él tampoco la tenía, pero eso cambió con el fallecimiento de su padre cuando Álvaro tenía solo 10 años de edad. Por una serie de circunstancias a nivel familiar, fue a vivir a otra zona. Allí conoció a Dios, a su Santísima Madre la Virgen María y a la Iglesia, a través de la escucha de unas catequesis que llevan como fruto una iniciación cristiana para adultos post bautismal.
Efectivamente, en el Camino Neocatecumenal se afianzó su fe en Cristo y surgió su llamado vocacional a la misión. De ahí, a su vez, reconoció el llamado al sacerdocio.
Efrén Adrián Quirós Fonseca
Edad: 29 años.
Parroquia de Origen: San Antonio de Padua, Curridabat.
Lema de Ordenación: “Cantaré eternamente la Misericordia del Señor” (Sal 89).
El llamado fue creciendo desde muy pequeño, a través de los actos de piedad en su parroquia y la devoción de sus abuelos y padres. Cuando recibió el Sacramento de la Confirmación sintió el llamado a servir en la vida de la Iglesia y fue catequista. En ese tiempo, llegó un nuevo párroco y unos seminaristas a realizar experiencia pastoral. Un día en una actividad hablaron sobre la misión de ser sacerdote y preguntaron: “¿Alguno ha sentido la inquietud a la vida sacerdotal?”. Efrén recordó: “Yo me sentí identificado con lo que ellos expresaban, pero me dio mucho miedo, y dejé eso de un lado”. En una ocasión un sacerdote lo confrontó: “Sientes la inquietud de ser sacerdote”. Era cierto, pero Efrén no quería aceptarlo. Un día, en una misa vocacional, lo tuvo claro. “Esa era la experiencia que Dios quería yo viviera para descubrir mi vocación, la viví y por gracia de Dios hoy estoy respondiendo a esta vocación a la que me he sentido llamado”, relató.
Jorge Eduardo Amador López
Edad: 33 años.
Parroquia de origen: Inmaculada Concepción de María, Zapote.
Lema de ordenación: “Servid ahora a Yahvé vuestro Dios y a Israel, su pueblo” (2Cro 35,3).
Sintió el llamado vocacional desde los 15 años de edad. En las convivencias del Camino Neocatecumenal usualmente se lanza la pregunta sobre si alguien siente el llamado al sacerdocio y se invita a la persona a ponerse en pie. Él sintió el llamado pero prefirió quedarse enroscado en la silla, pues quería continuar su proyecto personal de ser veterinario, casarse y tener una familia. Pasaron cuatro años, participó de otra convivencia y entró al prevocacional por ocho meses, pero lo dejó. Estaba aferrado a su proyecto personal. Cuenta que en 2015 el Señor le regaló la Liturgia de las Horas y reanudó su recorrido. Entró al Seminario Redemptoris Mater, en San José y ahora, al igual que Santa Teresa de Jesús, dice: “Solo Dios basta”.
Adiel Jesús Mora Hidalgo
Edad: 32 años.
Parroquia de origen: Parroquia San Juan Bautista, San Juan Norte, Corralillo de Cartago.
Lema: “Si vivimos del Espíritu, andemos también según el Espíritu” Gál. 5,25
Proviene de una familia católica que le transmitió la fe y compartió con muchos sacerdotes, pero la idea del sacerdocio nunca cruzó por su mente hasta que tuvo 20 años de edad. Fue en unos encuentros vocacionales en 2013, cuando el Señor salió a su encuentro. Allí descubrió que el rumbo que tomaba no era el que Cristo quería para él. En ese entonces estudiaba Recursos Humanos, pero ahora comprendía que Jesús lo llamaba para ser pastor de almas. Estuvo con los Misioneros Claretianos en Nicaragua y luego en el Seminario Nacional en Costa Rica. En esos lugares fue “donde el Señor me hizo conocerle y amarle más, pero ante todo el descubrir que realmente me llamaba a seguirle, aun en medio de las dudas y las caídas”, dijo.
Omar Daniel Calderón Ureña
Edad: 29 años.
Parroquia de Origen: San Antonio de Escazú, aunque pertenece a las comunidades del Camino Neocatecumenal de San Miguel de Escazú.
Lema: “Las zorras tienen guarida, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (Lc 9,58).
Asegura que desde que tiene conciencia ha sentido el llamado al sacerdocio. Desde pequeño le llamaba la atención la Santa Misa. De hecho, jugaba a dar Misa e imitaba con todo detalle lo que hacía el sacerdote. Cuando creció admite que dejó de lado aquella idea y hasta sentía cierta vergüenza. Al terminar el colegio comenzó a preguntarse qué carrera escoger. En ese momento se cuestionó si realmente Dios lo llamaba al servicio sacerdotal y se animó a intentarlo. El resto es una historia de acercamiento al Señor y Su misericordia.
