Este joven de 28 años de edad, originario de Alajuela, pertenece al Camino Neocatecumenal y colabora con una parroquia de rito maronita en la Ciudad de Tiberíades, la cual, por cierto, es mencionada en Juan 6:23, cuando Jesús hace la multiplicación de los panes y peces.
Comenta que el primer año de la guerra no hubo mayores inconvenientes. “Hubo algún susto, vamos a decir así, algún misil, algún dron, pero era rápidamente interceptado”, detalló.
No obstante, en las últimas semanas el peligro y la zozobra han aumentado, las alarmas suenan incluso diariamente y hay que buscar refugio ante un posible bombardeo. En todo caso, Jovel insiste en que su situación no se compara en nada con lo que se vive en Gaza y Líbano,
“No con esto quiero decir que en Israel no se sufra -explica Joven-. Lo que pasó el 7 de octubre (atentados perpetrados por Hamás contra civiles en territorio israelí) fue una monstruosidad (...) Pero yo hago referencia únicamente a mi realidad concreta y cotidiana, y sé que hay muchas personas que lo pasan mucho peor que yo”.
“No estamos pasando las calamidades que ellos están viviendo de forma cotidiana, pero bueno, ciertamente la tensión en toda la zona de Galilea sube cada día más”, añade.
De Alajuela a Tierra Santa
El recorrido de Jovel hacia Tierra Santa podría decirse que empezó con una crisis existencial. Justamente, se encontró con Dios por medio del Camino Neocatecumenal, en Portugal, donde vivió un tiempo. “En virtud del agradecimiento que sentía por tantas cosas recibidas, tantos regalos recibidos de Dios, acepté una invitación que me hicieron para ir a la Tierra Santa”, compartió con Eco Católico.
Se trata de una experiencia de discernimiento, que ya había iniciado en el Seminario de Évora en Portugal, donde incluso había trabajado en labores de campo. Aceptó, entonces, ir al Domus Galilaeae, un centro de formación y retiro en Galilea.
Allí ha vivido un proceso intenso de formación y misión. Ha estudiado filosofía, lengua árabe y hebreo. Apunta que los cristianos de la región suelen hablar árabe. En el ámbito espiritual, destaca las convivencias, retiros y peregrinaciones, las cuales considera sumamente enriquecedoras.
Su misión se centra en asistir a un párroco que está con la comunidad cristiana que habla hebreo, una pequeña minoría en la Ciudad de Haifa. Al mismo tiempo, colabora con una Iglesia de Rito Maronita.
“Es una experiencia maravillosa (...) es una belleza aprender de estos ritos orientales”, dice. En tres localidades de esta iglesia, Jovel organiza catequesis, en las cuales han nacido comunidades del Camino Neocatecumenal.
Respecto a las peregrinaciones, cuenta que hicieron la Ruta Éxodo (el recorrido que hizo Moisés con el Pueblo de Israel), por lo que comenzaron en Egipto, del Cairo fueron al Sinaí, luego pasaron por el Mar Rojo, la Entrada a la Tierra Prometida y demás. También hicieron un recorrido similar por Jordania, así completaron todo el camino.
“Es una cosa fantástica a nivel cultural, histórico, geográfico… porque, como dice Carmen Hernández, quien fue la iniciadora del Camino Neocatecumenal y quien tuvo una experiencia en la Tierra Santa, la Tierra Santa es el quinto evangelio”, expuso Jovel.
Y añadió: “A ella (Carmen Hernández) se le abrieron las Escrituras aquí, pudo entender realmente lo que significaba que el Verbo de Dios se hiciera carne en una realidad concreta, en una tierra concreta, que está llena de significado. Poder descubrir eso, creo que el mayor regalo que he recibido en este tiempo”.
Trabajar con una comunidad maronita
Recientemente, Joven empezó a colaborar con una serie de catequesis, con el objetivo de que surja una nueva comunidad neocatecumenal. Como mencionó, considera que es una experiencia muy enriquecedora.
“Los libaneses maronitas que salieron de su país hace 25 años, exiliados por la guerra (Conflicto del Sur del Líbano 1985-2000), se vieron forzados a migrar, porque se exponían un peligro terrible una vez que Israel saliera (del Sur), pues habían colaborado durante la ocupación con el gobierno israelí”, narra el joven misionero.
Y continúa: “Ellos (los maronitas) llegan aquí, se establecen y se forman comunidades de maronitas, a las cuales atiende un párroco del Camino Neocatecumenal, él ha pedido que se haga evangelización en su parroquia y nosotros estamos haciendo esa labor de evangelización”.
Jovel observa que lo más importante es llevar el mensaje de Cristo, pues de cara a la guerra cada vez hay más dificultades.
Por eso, este servidor analiza que si se abre una comunidad nueva es una gran bendición, pero que la prioridad sobre todo es llevar el mensaje de la Buena Nueva en medio de la situación tan delicada, pues -como él dice- Dios está presente aun en momentos de calamidad.
“A veces -reflexiona-, como todo el mundo, podemos tener dificultad para encontrar a Dios, pero hemos recibido un tesoro muy grande en la Iglesia y sería terrible no poder compartirlo en medio de esta tragedia”.
La gente también la pasa mal en el plano económico, particularmente, las personas que viven del turismo y de organizar peregrinaciones, pues la cantidad de peregrinos es muy escasa.
Por otro lado, Jovel rescata que han tenido un acceso privilegiado a los lugares santos, pues estos están vacíos, lo que permite apreciarlos y contemplarlos con más tiempo.
Según informa, ha podido rezar con calma en el Santo Sepulcro, donde normalmente no permiten estar más de 30 segundos, por la gran cantidad de público que llegaba. “Digamos que dentro de todas las dificultades hay pequeños detalles, pequeños momentos de consuelo, como ese (...) uno de los pocos privilegios que tenemos en este momento”, afirmó.
Por último, Jovel pide a los fieles en Costa Rica que sigan rezando por los cristianos de la Tierra Santa, de Gaza y del Líbano, “porque están sufriendo muchísimo todos, viven momentos muy difíciles”.
“Recen por la evangelización en esta tierra, por la evangelización del Camino Neocatecumenal también en estas tierras, para que el Señor pueda llegar en medio de esta tragedia a los corazones y a las vidas de las personas que más lo necesiten”, concluyó.