Desde su inicio en 2014, la Misa de las Rosas se ha convertido en un símbolo del acompañamiento de la Iglesia a aquellos que enfrentan momentos difíciles, especialmente en lo que respecta a la enfermedad.
Es común ver grupos de personas enfermas de cáncer o algún otro. También asisten quienes han sido sanados de algún mal o piden por la curación de alguien cercano.
De acuerdo con el Santuario Nacional, este evento religioso es un testimonio de la devoción y la fe de la comunidad, y se ha convertido en un pilar fundamental y tradición del pueblo católico de Alajuelita.
Cada año, la Misa de las Rosas atrae a personas de todos los rincones del país. Según se informó, a los devotos se les entregará una rosa en la mano, que simboliza su oración, y que ellos van a colocar a los pies del Señor de Esquipulas.
“Esta rosa confiada es un acto de fe y esperanza, y representa la conexión espiritual entre el fiel y su Señor”, dice el comunicado enviado por el Santuario.