El tercer encuentro fue en el 2010, nuevamente en Roma, cuando Monseñor Ulloa participó de una reunión de la Congregación para la Vida Religiosa, de la cual formaba parte. “Tenía una capacidad, que siendo el gran teólogo, el intelectual y el académico, sabía expresar lo complicado de una manera sencilla, que todo el mundo lo podía comprender”, recuerda.
Por eso, asegura, disfrutaba leyendo sus homilías –“llegaban al corazón”- y siempre eran una orientación espiritual. Para Monseñor Ulloa, el Papa Benedicto no solo era un sabio, sino también un místico, una grandeza que está seguro, se acrecentará con el paso del tiempo.
Finalmente, Monseñor José Francisco destaca que fuera el Papa Benedicto, quien en una de sus primeras decisiones, erigiera la Diócesis de Cartago y lo nombrara a él como su primer obispo, trasladándolo de Limón. “Por eso me siento cercano a este gran Papa. Estoy seguro que el Señor lo tiene en el cielo apoyando a la Iglesia a la cual sirvió como alguien sencillo y humilde”, concluyó.
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