Han pasado 150 años y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora celebra una prolongada y riquísima historia de amor y atención a los jóvenes. Las celebraciones, organizadas en los últimos tres años, debieron enfrentar el difícil contexto de la pandemia del Covid-19, pero todo constituyó un momento aún más oportuno para recorrer la historia del Instituto y buscar en los orígenes y en el carisma la inspiración para afrontar los retos del presente.
Como dijo la Madre General de las Hijas de María Auxiliadora, Madre Chiara Cazzuola: “En esta situación que aún sorprende y persiste, estamos llamadas a aceptar los desafíos del mundo contemporáneo para proyectar el futuro con audacia y, en este contexto, vivir el 150 aniversario como una oportunidad de renovación y relanzamiento vocacional y misionero”.
Del pequeño pueblo de Mornese al mundo entero, en sus primeros 150 años de vida, el Instituto FMA transportó la pasión educativa de Don Bosco y de Madre Mazzarello a los cuatro rincones del mundo, siendo hoy una de las mayores congregaciones religiosas femeninas de la Iglesia.
Han celebrado el 150 aniversario 11.225 religiosas profesas y 310 novicias, repartidas en 97 países de los cinco continentes, y organizadas en 69 Inspectorías y 5 Visitadurías. Animan su misión a través de 122 centros de promoción de la mujer, 274 obras sociales (para migrantes, refugiados y minorías étnicas), 440 internados y albergues, 475 Centros de Formación Técnica y Profesional, 142 obras sociales para niños y jóvenes en dificultad, 2.793 oratorios y centros juveniles y 3.175 escuelas de diversos órdenes y grados.
Para cada una de estas comunidades o centros de las FMA es válido el lema elegido para el 150 aniversario: “María camina en esta casa”.
En nuestro país, la presencia de las Hermanas de María Auxiliadora se remonta al 1 de agosto de 1917, cuando llegaron las primeras monjas de hábito negro desde el Salvador. Se trababa de las primeras Hijas de María Auxiliadora en Costa Rica, donde empezaron a vivir su carisma a través de innumerables obras educativas y sociales que hoy siguen teniendo vigencia. Algunas de las más emblemáticas son el Colegio María Auxiliadora, la Casa de la Virgen y las Obras sociales de Sor María Romero.
Precisamente, tal ha sido la proyección de las religiosas a lo largo de este siglo que una de ellas, Sor María Romero, fue declarada beata y se encamina hacia su canonización.
Para celebrar el 150 aniversario de su Instituto, la comunidad de hermanas en Costa Rica organizó eucaristías, actividades culturales y recreativas, con las cuales estrechó lazos con la extensa red de devotos y colaboradores que posee en nuestro país.