Cada 16 segundos ocurre una muerte prenatal, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se trata de bebés que murieron en el vientre materno, o fallecieron durante o momentos después del parto. Un hecho que deja una marca en los progenitores, especialmente en las madres.
El 15 de octubre se conmemora el Día Internacional en memoria de la muerte gestacional, perinatal y neonatal, una fecha que busca visibilizar este tipo de situaciones, promover la prevención cuando es posible hacerlo y pedir apoyo para quienes sufren una pérdida de ese tipo.
Según la OMS, más del 40% de la totalidad de las muertes prenatales ocurren durante el parto. La organización informa además que este tipo de pérdidas podrían evitarse con una atención respetuosa y de mejor calidad durante el parto, incluido el control sistemático y el acceso oportuno a la atención obstétrica de urgencia cuando sea necesario.
Asimismo, el duelo perinatal en ocasiones parece invisible a la sociedad e incluso los centros de salud carecen de un protocolo adecuado para acompañar a los padres que sufren un acontecimiento como este.
No callar
Se considera muerte gestacional hasta la semana 22 de embarazo. Desde entonces y hasta una semana después de nacido se le denomina muerte perinatal. Luego de esa semana y hasta el día 28 se clasifica como neonatal.
Las causas y las condiciones en las que puede ocurrir son muy variadas. Cualquiera que sea el caso, las personas que sufren una pérdida de este tipo requieren de atención y acompañamiento para sobrellevar el duelo.
Marcela Fernández es especialista en Psicología perinatal y representante de Proyecto SARA en Costa Rica, una organización que brinda acompañamiento a quienes han sufrido un aborto, por la causa que sea, así como en casos de muerte perinatal.
Fernández expone que aunque a veces hay una atención humana y sensible ante este tipo de casos en los centros médicos, se trata de iniciativas del personal, pero no siempre los trabajadores de la salud están sensibilizados en este tema.
Incluso, la psicóloga agrega que los trabajadores no suelen recibir formación en este tema, de hecho, en el país ninguna universidad imparte una especialidad en este campo, por ejemplo, ella tuvo que formarse en España.
Indica que la salud perinatal no comprende solo el estado del bebé, sino que también incluye a la madre, no solo en la parte física, sino también psicológica. Es decir, la mamá va a control prenatal y se hace una ecografía para verificar que todo vaya bien, igualmente, se debe considerar su estado emocional, si tiene una red de apoyo, si ha tenido algún problema…
En caso de duelo, es importante que la persona tenga apoyo y comprensión. Fernández recomienda escuchar y acompañar con empatía, evitar frases como: “Estás muy joven, podés tener otro”, “seguro venía mal”, “así lo quiso Dios”.
La psicóloga señala que “a ningún padre le hace mal hablar de su hijo”, a veces necesita desahogarse, llorar y sentirse acompañado. De ahí que sea valioso contar con una red de apoyo, abierta a escuchar y ayudar.
Fernández pide no callar y hablar sobre este tema, pues es necesario generar cada vez más conciencia y sensibilización al respecto.
Apoyo a padres
El Instituto Femenino de Salud Integral (Ifemsi) y Proyecto SARA llevan a cabo diferentes actividades para apoyar a aquellas personas que han sufrido la pérdida de un bebé, por las razones que sean.
Precisamente, Proyecto SARA tiene dos programas de atención uno de ellos es Barquitos de papel, donde participan padres que han atravesado el dolor de la muerte de un hijo durante el embarazo o al poco tiempo de nacer.
Asimismo, también se brinda acompañamiento a mujeres que han experimentado un aborto espontáneo o voluntario. Fernández explica que todas las mujeres al quedar embarazadas viven diferentes cambios a nivel cerebral, por lo que la muerte de su bebé genera un impacto inevitable.
“Vamos a vivir un duelo, puede ser retardado, silenciado, puede que hasta alguien diga que no vivió tal cosa porque era lo que quería, esperaba o buscaba, pero en unos años podría aparecer disfrazado, por ejemplo, en problemas de relación de pareja, en el empleo, en el manejo de las emociones… Esto por un duelo que no se trabajó en el momento”, agregó la psicóloga.
Si usted desea más información puede ponerse en contacto con Proyecto SARA al teléfono: 8398 6694 o directamente al Programa Barquitos de Papel al: 6089 7763.
Alzar la voz
En el marco del Día Internacional en memoria de la muerte gestacional, perinatal y neonatal, este 15 de octubre, varios grupos provida se unirán para visibilizar este tipo de casos y generar conciencia respecto a la importancia de que las personas reciban un adecuado acompañamiento.
Ifemsi, Proyecto SARA y 40 días por la vida harán una manifestación frente al Hospital San Juan de Dios. Los participantes realizarán una oración y llevarán pancartas con mensajes.
El año pasado, por ejemplo, llevaron una gran manta que se llenó de firmas y comentarios de personas que se acercaron, algunas incluso compartieron que habían tenido una pérdida o que un familiar había tenido una y nunca se habían detenido a reflexionar sobre el impacto que pudo haber tenido.
Testimonio: “Decidimos transformar el dolor en amor”
Era la semana 19 de embarazo. Tras dos horas en la ecografía, el médico no decía nada. “¿Todo bien, doctor?” preguntó. “Hay cosas que no están bien”, respondió. “Supe que Camilo (su bebé) estaba mal, vi el mundo caerse delante de mí”, recordó Catalina.
“Como familia, decidimos que lo mejor que podíamos hacer por él era disfrutarlo mientras lo teníamos, así que fuimos de paseo a todos los sitios que nos gustaban y grabamos el momento con múltiples fotos que luego guardamos en nuestros álbumes familiares con el detalle de los lugares”, contó.
En este tiempo, recibieron acompañamiento de cuidados paliativos perinatales y por una Red de apoyo de padres en duelo. Se prepararon para dar la bienvenida a Camilo y despedirse de él.
Por otro lado, menciona que pocos médicos manifestaron “empatía” por la situación, básicamente manejaron el caso como otro bebé más, “era trato diferenciado pero no amigable”, detalló.
“Decidimos transformar el “dolor diario” en “amor diario”: escuchábamos su latido, le cantábamos, oramos con él, jugábamos con él, lo alimentamos y lo cuidamos hasta el último momento”, relató.
El plan de parto que diseñaron facilitó que el equipo médico estuviera preparado para atender la situación y saber qué decir. “Se sentía un equipo unido y solidario, muy diferente al que nos atendía en las sesiones de control prenatal”, informó Catalina.
El padre de Camilo recuerda que el nacimiento ocurrió el 25 de abril de 2018. Destacó que los médicos hablaban a su hijo por su nombre, que les permitieron bautizarlo y que lo dejaron a él como papá estar en todo momento del proceso.
“Camilo vivió durante dos horas exactas. Las recuerdo y atesoro en lo más profundo de mi corazón. En ese tiempo, que fue perfecto, ni mucho ni poco, pude entender que todo el amor de la vida se puede entregar en ese lapso. Recuerdo que cantamos, que tomamos muchas fotografías y videos, que oramos y que él nos sonrió, nos balbuceó (¡de manera increíble!)”, relató esta mamá.
Y agregó “los días siguientes fueron como en su momento me lo habían advertido: sentimiento de vacío, sentimiento de culpa, necesidad de alimentar algo que no estaba. Me llené de Dios y de actividades filantrópicas para colmar mis vacíos emocionales, pero en definitiva lo que más me ayudó, fue vivir la experiencia tomada de la mano del grupo de apoyo y de pares que comprendían y compartían mí misma situación”.
Según cuenta el papá, este caso ha servido como base para la atención de otros similares. Asimismo, informó que forman parte de grupos de padres en duelo e iniciaron un proyecto de ayuda a papás con hijos que poseen algún padecimiento o mal congénito, “vemos el servicio a los demás como parte del alivio ante la ausencia física de mi hijo”, compartió.
