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El virus de la desigualdad

By Marzo 10, 2022

Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han manifestado su profunda preocupación porque la pandemia incremente la desigualdad en todo el mundo, lo cual tendría unos efectos enormemente perniciosos.

“Tendrá un impacto profundo […] el incremento de la desigualdad generará agitación social y económica, dando lugar a una generación perdida en la década de 2020; las consecuencias de todo ello perdurarán en las décadas siguientes”, dijo Kristalina Gueorgieva, directora general del FMI.

El resultado de una encuesta realizada a 295 economistas de 79 países refuerza este punto de vista y confirma la preocupación. El 87 % prevé que la desigualdad de ingresos aumente o aumente mucho en sus respectivos países como consecuencia de la pandemia. Economistas de 77 de los 79 países encuestados compartían esta opinión.

Asimismo, más de la mitad de las y los economistas consultados creen también que es probable o muy probable que la desigualdad de género aumente, y más de dos tercios de ellos piensan lo mismo respecto a la desigualdad racial. Además, dos tercios de las y los economistas consultados consideran también que sus Gobiernos no han adoptado ningún plan para luchar contra la desigualdad.

 

Ricos cada vez más ricos

 

A dos años de pandemia, el coronavirus ha puesto al descubierto y ha exacerbado las desigualdades económicas, de género y raciales a la vez que se ha alimentado de ellas. Más de dos millones de personas han perdido la vida y cientos de millones están siendo arrastradas a la pobreza, mientras que la mayoría de las personas y empresas más ricas del mundo siguen enriqueciéndose.

A esta conclusión llega el informe denominado “El virus de la desigualdad” de la ONG Oxfam, dedicada al estudio de este y otros temas sociales.

La investigación, dada a conocer en este mes de enero, revela por ejemplo que en tan solo nueve meses, las mil mayores fortunas del mundo han recuperado su nivel de riqueza previo a la pandemia, mientras que para las personas en mayor situación de pobreza, esta recuperación podría tardar más de una década en llegar.

El incremento de la fortuna de los 10 milmillonarios más ricos del mundo desde el inicio de la crisis bastaría, de acuerdo con el Informe, para evitar que nadie cayese en la pobreza a causa de la pandemia y para financiar una vacuna universal contra la Covid-19.

Solo en Estados Unidos, analizando el tema desde las desigualdades raciales, si la tasa de mortalidad de la población latina y negra hubiese sido la misma que la de la población blanca, aproximadamente 22 mil personas negras y latinas habrían seguido con vida en diciembre del 2020.

Además, en el mundo, 112 millones de mujeres dejarían de tener un riesgo elevado de perder sus ingresos y empleos sin la presencia de hombres y mujeres en los sectores económicos más afectados por la pandemia fuese equitativa.

 

El mundo ya era desigual

 

La crisis de la Covid-19 se ha propagado por un mundo que ya era extremadamente desigual, como denuncia el informe de Oxfam.

Un mundo en el que una pequeña élite de tan solo 2000 milmillonarios poseía más riqueza de la que podrían gastar aunque vivieran mil vidas. Un mundo en el que casi la mitad de la humanidad tiene que sobrevivir con menos de 5,50 dólares al día.

Un mundo en el que, durante 40 años, el 1 % más rico de la población ha duplicado los ingresos de la mitad más pobre de la población mundial. Un mundo en el que, en el último cuarto de siglo, el 1 % más rico de la población ha generado el doble de emisiones de carbono que el 50 % más pobre, agravando la destrucción provocada por el cambio climático.

Un mundo en el que la creciente brecha entre ricos y pobres tiene su origen, pero también ha agravado, las viejas desigualdades por razones de género y origen racial.

 

Posibles respuestas

 

“No se trata de señalarles con el dedo, sino de poner de manifiesto que en los últimos dos años se ha creado riqueza en el mundo, pero en lugar de utilizarse para resolver los grandes problemas mundiales, ha acabado en manos de unos pocos”. Así lo afirmó Elisa Bacciotti, directora del departamento de Campañas y Programas de Oxfam en Italia, en una entrevista reciente con Radio Vaticano - Vatican News.

“Este es el efecto de un sistema económico mundial que funciona mal, que no ha cambiado ni siquiera ante un fenómeno destructivo y global como la pandemia”, señala Bacciotti. “En este momento, menos del 1% de las vacunas producidas por las grandes empresas multinacionales han llegado a las personas que viven en países de bajos ingresos, y no es casualidad que la tasa de mortalidad en estos países sea el doble que en los más desarrollados”.

Pero, ¿cuáles son las posibles respuestas? “La esperanza -concluye- es que rediseñemos una arquitectura global para la tasación, tal y como debatimos en el último G20. Ideas que pueden convertirse en iniciativas globales, como ya ha ocurrido en el pasado, soluciones comunes que están dando sus primeros pasos y que ahora merecen una mayor ambición para salir de esta situación todos juntos”. 

Last modified on Jueves, 10 Marzo 2022 19:29
Martín Rodríguez González

Periodista, licenciado en Ciencias de la Comunicación Colectiva y egresado de la maestría en Doctrina Social de la Iglesia. Trabaja en el Eco Católico desde el año 2002 y desde el 2009 es su director.

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