En el caso de Santa Faustina Kowalska se tomaron en cuenta particularmente tres criterios: Primero, el pleno equilibrio psicológico y emocional de la vidente. Se comprobó que en ningún momento de su relativamente corta existencia, sufrió de algún trastorno psíquico. Sor Faustina era una hermana sencilla, humilde y que rehuía de todo protagonismo. Segundo, su santidad de vida, en el ejercicio heroico de las virtudes teologales, de la Fe, Esperanza y Caridad, y de las virtudes morales como la justicia, la prudencia, la templanza, la fortaleza y las que de ella se derivan. Y finalmente, tercero, la ortodoxia o recta doctrina de todo lo que ella ha escrito como revelaciones del Corazón de Jesús. Sin olvidar, por otra parte, que Jesús, en su divina condescendencia, se adaptó al nivel de conocimientos que Santa Faustina poseía, y a su cultura, propia de una religiosa “normal” de la primera mitad del siglo pasado.
Conviene además tener presente que las “revelaciones” vinculadas a las “apariciones” de Nuestro Señor, no tienen la finalidad de ampliar el contenido doctrinal de nuestra fe, sino más bien la de evidenciar o enfatizar algún aspecto o algún contenido de la misma, con la intención de iluminar e impulsar la práctica cristiana. Eso es lo que aconteció y sigue aconteciendo con cuanto Santa Faustina ha escrito en su Diario: ha puesto de relieve el mensaje evangélico central del Amor misericordioso de Dios, manifestado en el Corazón traspasado de Jesús, e impulsado una vida cristiana marcada por la confianza, la gratitud, y la voluntad de “reparar” por tanto amor no correspondido.
Una última observación. Que la Iglesia haya aceptado las “apariciones” del Señor a Santa Faustina y sus “revelaciones”, no implica que la Iglesia nos obligue a aceptarlas con fe sobrenatural, como debemos aceptar los dogmas y las otras verdades reveladas del cristianismo… Uno seguiría siendo católico, aunque no aceptara como absolutamente ciertas tales apariciones y revelaciones, pero no daría prueba de la necesaria prudencia y de humilde deseo de comunión eclesial.
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