Face
Insta
Youtube
Whats
Viernes, 19 Abril 2024
Suscribase aquí

Tus dudas: ¿Quién fue San Leopoldo?

By Mons. Vittorino Girardi S. Marzo 24, 2022

“Monseñor: ante todo reciba mi cordial saludo y la expresión de mi gratitud por su constancia en responder, semana tras semana, a preguntas de todo tipo. Hace tiempo que me acompaña una curiosidad. Cuando la Iglesia celebró el Año de la Misericordia, según lo que estableció nuestro Papa Francisco, se nos informaba que en Roma y, precisamente en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, llevaron las reliquias de dos frailes capuchinos, de San Padre Pío y de San Leopoldo. Conocemos a Padre Pío, aunque quizá un poco superficialmente, pero no nos pasa lo mismo con San Leopoldo. ¿Nos puede informar, al menos acerca de lo más importante de la vida de San Leopoldo?”. 

Andrés Chaves R. - Alajuela

 

Así es, estimado Andrés: El Jubileo de la Misericordia, llamado también Año de la Misericordia fue un jubileo que se celebró durante el Año Santo Extraordinario que comenzó el 8 de diciembre de 2015 y concluyó el 20 de noviembre de 2016, para celebrar los 50 años de la clausura del Concilio Vaticano II (8/XII/1965).

Nuestro Papa Francisco lo promovió con dos intenciones particulares: profundizar en la doctrina y propuestas del mismo Concilio, y situar en un lugar central, en la vida de la Iglesia, la Divina Misericordia y, entonces también con el fortalecimiento de la práctica del Sacramento de la Reconciliación (Confesión).

Como usted lo ha recordado, estimado Andrés, para enfatizar la importancia del Sacramento del Perdón, fueron llevados a Roma, en favor de todos los peregrinos, las reliquias de San Padre Pío de Pietrelcina y de San Leopoldo Mandic (pero más conocido como Padre Leopoldo de Castelnuovo, quienes dedicaron toda su vida al ministerio de las confesiones.

El Padre Leopoldo, nació el 12 de mayo de 1866, en Castelnuovo, en el Reino de Dalmacia que, entonces, pertenecía al Imperio Austrohúngaro y que actualmente corresponde a una amplia parte de Croacia.

Muy joven entró en la orden de los Frailes Franciscanos Capuchinos y a los 19 años, en 1885, hizo su primera profesión de los votos de castidad, pobreza y obediencia. Fue ordenado sacerdote el 20 de setiembre de 1890, en Venecia, a los 24 años.

No hay que sorprendernos de que de Dalmacia pasara a Italia, y fuera ordenado sacerdote en Venecia. Eso se debe a que la Provincia de los Padres Capuchinos de Venecia, integrara también a las comunidades de la misma Orden, presentes en Dalmacia.

El joven Padre Leopoldo, pronto fue destinado al convento de Frailes Capuchinos de Padua y allá transcurrió su vida entre las muchas horas que pasó en el confesonario y la oración, especialmente, frente a una estatua de la Virgen. Más tarde, dedicó muchas horas también cerca de la cama de enfermos graves. Él bien sabía qué significaba sufrir, en el espíritu y en el cuerpo. Cayó enfermo por un cáncer en el esófago que lo llevó a la muerte en 1942, en época de la “inútil masacre” de la Segunda Guerra Mundial.

San Leopoldo Mandic de Castelonuovo es conocido también por su fama de taumaturgo, por los muchos milagros que le han sido reconocidos, tanto durante su vida, como después de su muerte.

Fue canonizado en 1983 por el Papa San Juan Pablo II, quien lo declaró “modelo de confesores”.

Nuestro Papa Francisco quiso la presencia de sus reliquias al lado de las de San Padre Pío, durante el Año de la Misericordia (2015-2016) justificando su deseo, recordando: “San Leopoldo, además de ser testigo de la Reconciliación y un tenaz partidario del viaje ecuménico, experimentó en su propia carne el sufrimiento de la enfermedad del cáncer, soportando su peso con serenidad y confianza. Ya invocado por muchos fieles para lograr la curación, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, lo ha reconocido como el santo patrono de los pacientes de cáncer”.

Aunque actualmente el Padre Leopoldo no sea muy conocido en América Latina, su memoria y devoción se van difundiendo… Cada año miles de peregrinos acuden a su santuario, construido en su honor, allá en Padua y, en particular a su tumba, orando frente a la vitrina en la que se expone su cuerpo, para pedir su intercesión.

Estimado Andrés, concluyo esta breve “información” con unas palabras que el Padre Leopoldo repetía con frecuencia: “Fe, ¡tengan fe! Dios es el médico y es la medicina”.

Síganos

Face
Insta
Youtube
Whats
puntosdeventa
Insta
Whats
Youtube
Dignitas Infinita
Image
Image
Image
puntos de venta
suscripciones
Catalogo editoria
publicidad
puntos de venta
suscripciones
Catalogo editoria
publicidad