Face
Insta
Youtube
Whats
Martes, 23 Abril 2024
Suscribase aquí

Juan en Juan

By Pbro. Mario Montes M. / Animación bíblica, Cenacat Noviembre 06, 2020

Desde el domingo 27 de setiembre, anunciábamos que vamos a estar presentando a los protagonistas del Evangelio de San Juan. El domingo anterior presentábamos a la Palabra o Verbo de Dios. Hoy vamos a presentar a San Juan Bautista en este Evangelio, “Juan en Juan”… De este gran profeta hemos presentado varios artículos en el Eco Católico, en años anteriores, especialmente en el Tiempo de Adviento. Vamos, pues, a ver el aporte que el IV Evangelio nos presenta acerca de su figura:

Vino un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por él. No era él la luz, sino testigo de la luz... Juan dio testimonio de él, proclamando: - Este es aquel de quien yo dije: “El que bien detrás de mí es superior de mí, porque existía antes que yo” (Jn 1,6-8.15).

Juan el Bautista es mencionado dentro del llamado “Prólogo de San Juan” (Jn 1,1-18). Y es presentado como testigo de la luz, que es el Verbo encarnado, el Hijo de Dios preexistente (Jn 1,4-5.9). No se presenta como precursor de Cristo,  sino como testigo de la luz verdadera, que puede aclarar el misterio humano, como el Mesías esperado. En el tiempo en que san Juan escribió su Evangelio, los discípulos de Juan el Bautista habían formado comunidades y pensaban que Juan era el Mesías, sobrevalorando su vida y su ministerio, a costa del verdadero que era Jesús. Para aclarar esto, san Juan sigue escribiendo:

Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: “¿Quién eres tú?”. Él confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: “Yo no soy el Mesías” “¿Quién eres, entonces?”, le preguntaron: “¿Eres Elías?”. Juan dijo: “No”. “¿Eres el Profeta?”. “Tampoco”, respondió. Ellos insistieron: “¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?” Y él les dijo: “Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías”.

Algunos de los enviados eran fariseos, y volvieron a preguntarle: “¿Por qué bautizas, entonces, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?”.  Juan respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia”. Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán donde Juan bautizaba (Jn 1,19-28).

Ya en el prólogo, el mismo Juan había dicho en su primer testimonio: Este es aquel de quien yo dije: “El que viene detrás de mí es superior a mí, porque existía antes que yo” (Jn 1,15), reafirmando la preexistencia del Verbo, que es Luz. San Juan no lo llama el Bautista, sino testigo de Jesús y de seguido, presenta dos aspectos de Juan, negándole los títulos rimbombantes que le daban sus seguidores, cuando afirma que Juan no era la luz del mundo (Jn 1,8); que no era preexistente (Jn 1,15), no era el Mesías (Jn 1,20), tampoco Elías ni el futuro profeta (Jn 1,21), ni “el novio” de la comunidad (Jn 3,29), no debía crecer (Jn 3,30), no bautizaba como Jesús (Jn 4,1), no tenía tantos seguidores  y no hacía milagros (Jn 10,41).

Y, por contraste, es el mismo Juan que, negando todo aquello que nunca fue, aparece hablando acerca de Jesús para exaltarlo, al decir que, gracias a una revelación divina (Jn 1,32), supo, antes que nadie, acerca de la identidad de Jesús y pudo anunciarlo públicamente para que todos se enteraran. Es impresionante la cantidad de testimonios que el Bautista ofrece de Jesús, pues dice que es la luz (Jn 1,7), el Cordero de Dios (Jn 1,29.35), el Preexistente (Jn 1,30), el Mesías (Jn 1,31), el portador del Espíritu (Jn 1,33), el Hijo de Dios (Jn 1,34), el Esposo (Jn 3,29), el Superior a todos y el que viene del cielo (Jn 3,31), el Enviado (Jn 3,34), la Verdad (Jn 5,33; 10,41). Nadie, como Juan, tuvo la claridad de saber claramente quién era Jesús. Así, se convirtió en el primer “teólogo de cristología” en la Iglesia. Para que no le quedara ninguna duda a sus seguidores, que lo veneraban como Mesías, sabiendo que en realidad lo era Jesús y no él.

Los demás evangelistas habían tenido la oportunidad de presentar a Juan el Bautista como el precursor de Cristo (Mc 1,2-4), como un nuevo Elías (Mt 3,4-9; 11,13-14; 17,10-13), como un reformador social, un predicador de virtudes y un maestro de moral, un asceta y guía espiritual, que promovió la transformación social y el cambio solidario de la gente (Lc 3). Y para Juan, el Bautista fue un testigo privilegiado de Jesús, el primero en darse cuenta de quién era él y señalarlo como Mesías en público. Fue el primer discípulo de Jesús, el primer apóstol o enviado y el ideal de misionero cristiano. Cada uno de ellos aportó un perfil o un aspecto de Juan el Bautista, que ha de enriquecer esta figura tan atrayente del Nuevo Testamento.

Síganos

Face
Insta
Youtube
Whats
puntosdeventa
Insta
Whats
Youtube
Dignitas Infinita
Image
Image
Image
puntos de venta
suscripciones
Catalogo editoria
publicidad
puntos de venta
suscripciones
Catalogo editoria
publicidad