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Art. 34: Las visitas episcopales del siglo XVIII

By Pbro. Fernando A. Vílchez Campos. Noviembre 06, 2020
Obispo Lic. don Pedro Agustín Morel de Santa Cruz y Lora (1749-1753) realiza la octava visita episcopal en 1751. Obispo Lic. don Pedro Agustín Morel de Santa Cruz y Lora (1749-1753) realiza la octava visita episcopal en 1751.

En la entrega anterior mencionamos las primeras cinco visitas episcopales que los Obispos de León realizaron a la Provincia de Costa Rica, todas en el siglo XVII. Las visitas canónicas continuaron en el siglo XVIII.

La sexta visita canónica correspondió al religioso de la orden premostratense Obispo Fray Juan Benito Garret y Arlovi O.Praem. (1708-1716), entre marzo y abril de 1711.

Entre las disposiciones de su visita merecen especial mención las contenidas en una pastoral suya del 10 de mayo 1711 -posterior a la visita como se acostumbraba en muchos casos-, que obligaba, bajo pena de excomunión mayor a los feligreses de los Valles de Barva y de Aserrí y de la región de Esparza que vivían dispersos por los campos, a que dentro del plazo de seis meses construyeran oratorios y ermitas en donde pudieran “oír la Misa y recibir los sacramentos”. Todo ello por cuanto el Obispo se convenció de la necesidad de que los habitantes se congregaran en poblados para evitar los males que implicaba el que vivieran en sus propiedades “sin cultura ni policía”. Esta orden episcopal es el origen próximo del nacimiento de las poblaciones de Heredia en 1711 o 1712 -en su asentamiento definitivo actual, pues había sido fundada en 1706 en Alvirilla o Lagunilla- y, más adelante, de San José en 1737, Escazú, Santa Ana y los primeros poblados de Guanacaste.

El Obispo visitó las Parroquias de Cartago y de Esparza y se informó sobre la marcha de las doctrinas, pues, el 1º de noviembre de 1711 envió un informe al Rey comentando también el resultado de las misiones de Talamanca, de cuyos pormenores se había enterado durante su permanencia en Costa Rica.

Tomó otras medidas para mantener en vigor la disciplina eclesiástica entre el clero y el pueblo fiel. Como en todos los casos administró el sacramento de la Confirmación. Su visita, por consiguiente, debe señalarse como una de las que mayor trascendencia tuvieron para el progreso tanto eclesiástico como civil de la Provincia.

La sétima visita la ejecutó el Obispo Dr. don Domingo Antonio de Zataraín (1736-1741), en 1739, entre los primeros meses y diciembre en que emprendió el viaje de regreso a su sede; por tanto, tuvo una extensión de casi un año.

Visitó, además de las Parroquias de Cartago y de Esparza, la doctrina de Ujarrás y las nacientes poblaciones de Cubujuquí -actual Heredia, fundada como Parroquia en 1734, la tercera de la entonces Provincia de Costa Rica- y el poblado de San José de la Boca del Monte, y es de suponer que habrá visitado también las doctrinas de Aserrí, Curridabat y Barva.

Celebró gran cantidad de confirmaciones y de matrimonios, a manera de misión, dado que el número de matrimonios celebrados en este año en Cartago y en Ujarrás, fue el doble del corriente. Durante su permanencia en Cartago declaró festivo el 2 de agosto en honor de Nuestra Señora de los Ángeles.

La octava visita la realizó el Obispo Lic. don Pedro Agustín Morel de Santa Cruz y Lora (1749-1753), en 1751. Llegó a Esparza en los primeros días de febrero y el 22 de abril estaba de nuevo en la misma ciudad camino hacia León de Nicaragua. Es de advertir que el Obispo Morel no había tomado aún posesión de su sede cuando estuvo en Costa Rica. Venía de Cartagena en Colombia, donde había sido consagrado. De modo que correspondió a Costa Rica recoger las primicias de su apostolado episcopal.

De esta visita se conserva el informe completo, dirigido al Rey de España Fernando VI (1746-1759) bajo el título “Visita Apostólica, Topográfica, Histórica y Estadística de todos los pueblos de Nicaragua y Costa Rica, hecha por el Ilmo. señor don Pedro A. Morel de Santa Cruz, Obispo de la Diócesis en 1751, y elevada al conocimiento de S. M. Fernando VI en 8 de setiembre de 1752”, que presenta una semblanza muy completa sobre la realidad de la Provincia de Costa Rica en ese año -por ello de gran valor su lectura-, pues el Obispo visitó, y describe en su informe, todas las Parroquias regidas por diocesanos, es decir, Cartago, Cubujuquí o Villa Vieja y Esparza, las ayudas de Parroquia de San José o Villa Nueva -que será erigida en Parroquia en 1767-, Las Cañas y Bagaces y las doctrinas regidas por los franciscanos, con excepción de Térraba, Boruca y las del Valle del Reventazón.

Por todas partes recomendó e inculcó la devoción del Santo Rosario, que fue uno de los temas preferidos de sus sermones y administró en muchas ocasiones el sacramento de la Confirmación.

La novena visita la realizó el religioso agustino Obispo Fray Mateo de Navia Bolaños y Moscoso O.S.A. (1757-1762). En los primeros meses de 1760 vino a Costa Rica a realizar la visita canónica, como tomó posesión de su sede en marzo de 1760, debió practicar esta visita pastoral también de paso hacia Nicaragua, fue una visita muy breve, por lo que no se conocen muchos detalles sobre ella. El Obispo ordenó edificar un nuevo templo en la Parroquia de Cubujuquí o Villa Vieja.

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