Es importante explicar el porqué de las reglas, para que los niños y niñas puedan entender y aceptar los límites. La disciplina efectiva es una oportunidad de aprendizaje. Wilhelm Wundt afirmó que “la psicología debe estudiar los procesos mentales que conducen al comportamiento”.
Cuando establecemos límites claros, firmes y justos, ayudamos a los niños y niñas a regular sus acciones. La coherencia en las reglas y en las consecuencias genera confianza y seguridad en ellos y ellas. Las estrategias que funcionan incluyen el refuerzo positivo y la enseñanza de habilidades sociales.
Albert Bandura explica que “el aprendizaje social se da observando y imitando modelos”. Cuando los niños y niñas reciben reconocimiento por su buen comportamiento, se sienten motivados a seguir ese camino.
La creación de rutinas y la resolución de conflictos también fortalecen su autoestima y autocontrol. Pero la disciplina no debe ser solo firme, sino también sensible. Lev Vygotsky nos recuerda que “el desarrollo emocional está ligado al apoyo emocional que recibe el niño y la niña”. La empatía permite que se sientan valorados y comprendidos.
Esto favorece que internalicen los límites de manera duradera y significativa. Prevenir siempre es mejor que corregir. Detectar tempranamente signos de riesgo puede evitar que un niño o niña se involucre en conductas más graves.
La formación en habilidades parentales y en competencias socioemocionales es esencial en las familias, las escuelas y las comunidades. La coordinación entre todos los actores sociales ayuda a crear entornos protectores.
El trabajo en equipo entre profesionales es imprescindible. Psicólogos, trabajadores sociales, orientadores, docentes y abogados deben colaborar para diseñar planes de apoyo integrales.
Cada uno aporta una visión que enriquece el proceso de rehabilitación y reintegración social de niños y niñas. En Costa Rica, existen ejemplos de programas que logran cambios positivos. La clave está en combinar límites claros con acompañamiento emocional y oportunidades de crecimiento personal.
Estos esfuerzos muestran que, con respeto y dedicación, se puede cambiar vidas.
Fomentar límites y disciplina en niños y niñas en conflicto con la ley es una tarea llena de esperanza. Cada uno tiene potencial para avanzar y construir un futuro mejor. La clave está en ofrecerles apoyo, comprensión y oportunidades de aprendizaje.
Como dice Jean Piaget, “la educación no es la llenada de un vaso, sino la iluminación de una vela”. Como sociedad, podemos iluminar caminos para que niños y niñas reescriban su historia.
El trabajo conjunto y centrado en el respeto y la empatía puede marcar una diferencia. La Universidad Creativa mediante sus proyectos de responsabilidad social colabora en proyectos a favor de la niñez y juventud en riesgo social.
La disciplina, bien aplicada y acompañada de cariño y oportunidades, es un paso firme hacia un futuro lleno de esperanza y posibilidades para todos los niños y niñas de Costa Rica.