Mi columna de esta semana es de indignación, protesta y tristeza. Algunos medios de comunicación están publicando testimonios de mujeres, incluso adultas mayores, que entran en la plataforma OnlyFans, de contenido erótico y se hacen millonarias de la noche a la mañana. Es una horrorosa forma de cosificar a la mujer.
“A sus 70 años se metió a OnlyFans y en su primer mes ganó más de 18 millones” dice un titular de la Teja. Con la situación actual de pobreza y desempleo donde sabemos que las mujeres son las más afectadas, estas informaciones empujan a mujeres de cualquier edad que están pasando grandes necesidades a cambiar su dignidad por dinero.
Yo puse este comentario en las redes sociales y las mismas mujeres me cayeron encima diciéndome que yo hacía un show por nada porque lo que necesitan es dinero y no dignidad. ¡Qué dolor escuchar esto de las propias mujeres! Al mismo tiempo que veo una sociedad sin valores, fomentada por los medios, noto también la gran necesidad que tenemos de ayudar a las mujeres a valorar su dignidad desde pequeñas.
El argumento actual es que la mujer es libre de hacer todo lo que quiera y que, si por voluntad aborta, cambia de género o trabaja en la industria pornográfica o en OnlyFans está bien porque es su decisión. La mujer se vuelve objeto y es usada, pero ella mismas no lo ve. Su dignidad radica en ser creada por Dios a su imagen y semejanza y, por tanto, su cuerpo no es un objeto que se usa y se vende. Cada mujer debe ser respetada y valorada pero la primera que debe tener conciencia de esto es la propia mujer y siento que es lo que estamos perdiendo.
He visto otras noticias similares sobre OnlyFans sobre jovencitas felices porque ahora son millonarias a costa de subir contenido erótico a esta plataforma. Es grave que no les importe que su identidad digital sea esta, porque pueden incluso ser presa de corruptos cibernéticos y podrían llegar a ser parte de la trata de mujeres, del negocio del narcotráfico y terminar sencillamente muertas, pero con una cuenta bancaria.
Cuando miro las niñas de escuela siempre pido a Dios que las libre de tantos peligros y pienso que debemos trabajar con niñas y adolescentes el tema de la dignidad de la mujer y por qué es importante que la valoremos y la cuidemos. Esto debe ser un tema transversal en la catequesis porque los varones también deben aprender a valorar y cuidar a las mujeres.
Por estos días estamos celebrando los 60 años de la apertura del Concilio Vaticano II y quisiera recordar las palabras de Pablo VI dirigidas a las mujeres en 1965: “Sois la mitad de la inmensa familia humana. La Iglesia está orgullosa, vosotras lo sabéis, de haber elevado y liberado a la mujer, de haber hecho resplandecer, en el curso de los siglos, dentro de la diversidad de los caracteres, su innata igualdad con el hombre. Pero llega la hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la hora en que la mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzado hasta ahora. Por eso, en este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres llenas del espíritu del Evangelio pueden ayudar tanto a que la humanidad no decaiga”.
Necesitamos que la mujer tenga la formación adecuada para que pueda cumplir esta misión de ayudar a que la humanidad no decaiga. Y sobre todo frente a estas palabras de Pablo VI: “Mujeres del universo todo, cristianas o no creyentes, a quienes os está confiada la vida en este momento tan grave de la historia, a vosotras toca salvar la paz del mundo”. Salvemos a la mujer primero para que ella pueda salvar la paz del mundo.
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