Con mucho dolor, Costa Rica ve en cifras oficiales el dato más alto de pobreza en casi 30 años: según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), tras realizar la Encuesta Nacional de Hogares, en julio, la pobreza por nivel de ingresos alcanzó el 26,2% de la población.

Hay casi 84 mil hogares que se sumaron a la pobreza en un año, para alcanzar un total de 419.783 hogares pobres. Un antecedente superior se encuentra en 1992 cuando la cifra de pobreza alcanzaba el 29,4%.

Muchas veces hemos indicado que detrás de estas cifras hay seres humanos que sufren no tener lo necesario para vivir, y muchos de ellos ni siquiera tienen para comer cada día.

El INEC revela que hay 112.987 hogares en pobreza extrema y, señala que, hay 1.529.255 personas pobres en este año.

Ahora que el país ha entrado en un proceso de toma de decisiones importantes, ante el oscuro panorama social y económico que vivimos, la prioridad debe ser sacar a estos hermanos de esas condiciones lamentables y vergonzosas.

Sin embargo, muchos sectores, lamentablemente defienden sus propios intereses, privilegios en algunos casos, y no se mira al pobre más pobre que está sufriendo en este país.

Con insistencia, he hecho un llamado para revertir el rumbo que, precisamente, por 30 años o más, marca este destino que tiene Costa Rica, donde la desigualdad crece, el desempleo aumenta día con día y, como ya vimos, la pobreza y pobreza extrema son crecientes.

Hoy el llamado debe ser más fuerte, la atención de las autoridades de gobierno tiene que ser permanente sobre esta población, todo el país debe contribuir para ayudar a vencer la desigualdad y sacar a estos hermanos de esas condiciones de pobreza.

El Papa Francisco, en su Encíclica Fratelli tutti (numeral 116) nos dice: “Solidaridad es una palabra que no cae bien siempre, yo diría que algunas veces la hemos transformado en una mala palabra, no se puede decir; pero es una palabra que expresa mucho más que algunos actos de generosidad esporádicos. Es pensar y actuar en términos de comunidad (...), es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y de vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales”.

Días atrás, dije que un país dividido no puede salir adelante. Una de las peores divisiones es la pobreza, donde unos, y en el caso de nuestro país, son muchos, no tienen lo básico, no tienen condiciones dignas y tienen pocas esperanzas para salir adelante.