Ciertamente, el tema de las nuevas tecnologías aún no se ha convertido en una prioridad dentro del ámbito de la catequesis. A menudo, las comunidades pueden estar más enfocadas en mantener las prácticas tradicionales y en abordar otras necesidades pastorales inmediatas, relegando así la exploración y adopción de nuevas tecnologías a un segundo plano.
Esta falta de prioridad puede deberse a diversas razones, como una percepción de que las nuevas tecnologías son opcionales o secundarias en comparación con otras actividades pastorales más tradicionales. Además, puede haber una resistencia al cambio dentro de la comunidad eclesial, especialmente entre aquellos que están más acostumbrados a los métodos y enfoques tradicionales de enseñanza.
Superar esta resistencia y fomentar una cultura de innovación y adaptación puede requerir un esfuerzo consciente por parte de los catequistas, así como la creación de oportunidades para la formación y el diálogo.
Es importante reconocer que el mundo está en constante evolución y que las nuevas tecnologías están cada vez más integradas en todos los aspectos de la vida cotidiana, incluida la educación. Por lo tanto, es fundamental que la catequesis se adapte a estos cambios y explore activamente cómo puede utilizar las herramientas digitales para cumplir su misión de transmitir la fe de manera efectiva en el mundo contemporáneo.
Existe preocupación de que la incorporación de nuevas tecnologías en la catequesis pueda comprometer la calidad y la fidelidad doctrinal de la enseñanza. Esto puede deberse a la proliferación de recursos en línea de calidad variable y a la falta de orientación adecuada.
A pesar de estos desafíos, es importante reconocer el potencial que tienen las nuevas tecnologías para enriquecer la experiencia de catequesis y llegar a nuevos públicos.
La Revolución Digital en la Catequesis
El crecimiento del contenido de audio y video es un fenómeno significativo que refleja los cambios en las formas en que las personas consumen información y aprenden. Algunos denominan a esta época la era “postexto” refiriéndose a un cambio en la forma en que consumimos y procesamos la información, con un enfoque creciente en el contenido audiovisual y kinestésico[2] en lugar del texto tradicional.
Esta tendencia no implica que los textos escritos se vuelvan obsoletos, sino que se están diversificando los modos de aprendizaje y consumo de contenido.
El texto, el audio y el video no tienen que ser mutuamente excluyentes. Pueden complementar y reforzar mutuamente el aprendizaje. Por ejemplo, un artículo escrito puede estar acompañado de un video explicativo y un podcast para proporcionar una experiencia de aprendizaje más completos. En este sentido, las tecnologías emergentes permiten crear contenidos más ricos e interactivos, como los videos explicativos y los tutoriales en línea que pueden proporcionar contextos más dinámicos.
La expansión del acceso a internet y la proliferación de dispositivos móviles han simplificado el consumo de contenido audiovisual en cualquier momento y lugar. Desde dispositivos móviles hasta computadoras, televisores y tabletas, las pantallas forman parte esencial del entorno diario de niños y jóvenes, especialmente.
Los niños pueden investigar sobre cualquier tema en línea y acceder a recursos educativos como vídeos, tutoriales, libros electrónicos y aplicaciones educativas.
Además, permiten experiencias de aprendizaje interactivas y participativas a través de juegos, simulaciones y actividades multimedia. Esto puede hacer que el proceso formativo sea más atractivo y estimulante para los niños, ya que pueden interactuar con el contenido. También facilitan la personalización del aprendizaje, ya que los niños pueden acceder a materiales adaptados a sus intereses, estilos de aprendizaje y niveles de habilidad, permitiéndoles avanzar a su propio ritmo y explorar áreas de interés de manera más profunda.
Es fundamental reconocer que el uso excesivo de pantallas conlleva preocupaciones legítimas en términos de salud mental, bienestar y acceso a contenido inapropiado. Sin embargo, también es importante no desmeritar por completo el valor y los beneficios que las nuevas tecnologías pueden aportar, especialmente en este contexto formativo.
[1] Decreto Christus Dominus, sobre el ministerio pastoral de los obispos, n.14
[2] El aprendizaje kinestésico es un método de enseñanza que se centra en las experiencias físicas del cuerpo, como las sensaciones y los movimientos. Los niños recuerdan y aprenden mejor a través de acciones y retos prácticos. Este método se basa en las sensaciones y vivencias que las personas obtienen mientras asimilan y comprenden nuevos contenidos.