Solo con una intervención directa, clara y decidida, con recursos, pero sobre todo con voluntad política se podrá llegar a soluciones definitivas para estos hermanos nuestros que han sufrido el mal acaecido en la zona.
Esto que ha ocurrido en Crucitas es muestra de cómo intereses políticos y politiqueros han estado por encima del bien de la población. Mucho se ha dicho, mucho se ha hablado, mucho se ha propuesto, pero de actuaciones en favor de los pobladores de esta región poco se ha visto.
Lamentablemente, también está la acción de muchas personas que envueltas por la “fiebre del oro” se han puesto y han puesto en riesgo a la comunidad para extraer este metal de manera ilegal. Ante esto, a pesar de algunas acciones policiales, muchos insisten en seguirse exponiendo e incluso en exponer a los demás y seguir dañando el ambiente.
En esto, definitivamente se requiere la unión de todos: pobladores, autoridades locales y nacionales, empresas públicas y privadas, si se desea de verdad acabar con esta problemática que sigue deteriorando el ambiente, que pone en riesgo la vida de las personas y que causa alrededor otra serie de consecuencias sociales.
¡Crucitas no aguanta más! Urgen decisiones que generen resultados concretos para tomar el control de la zona, para favorecer a las personas necesitadas y, en este caso, para responder y atender a las personas afectadas en su salud, y a las comunidades que requieren agua potable como recurso que es imprescindible.
Quiero destacar la labor de muchos líderes comunales que han denunciado con valentía los graves hechos que les afectan. Solo con esa conciencia clara de que se puede servir al bien común levantando la voz para denunciar lo que está mal, podremos entonces empezar a caminar para salir adelante entre todos.
Solo teniendo esa mentalidad solidaria, de que lo que le afecta a mi hermano es también mi problema, podremos tener esperanza.
Pidamos a Dios que nos ayude efectivamente para que como país podamos resolver esta dramática situación, y muchas otras que afectan a nuestra sociedad; y que lo hagamos con los valores fundantes de nuestra patria: en democracia, en paz, en diálogo, en busca de justicia y en función del bien común.