La mayoría de sectas o congregaciones no católicas se basan en las ideas de Martín Lutero, Calvino, Zwinglio y de otros fundadores de iglesias, y sobre todo en el aspecto de que se debe interpretar como mejor le parezca a cada uno. Sin embargo, eso trae muchos inconvenientes, es por eso que se han tergiversado muchos asuntos tales como el manejo del diezmo lo cual al final sirve, para que algunos pastores se enriquezcan demasiado.
En cambio, la Biblia debe ser analizada y hasta confrontar sus pasajes y lecturas las cuales a veces hablan de un mismo tema, pero con algunas variaciones de la redacción. Además, cuando un católico tiene dudas, lo mejor es que busque a un teólogo o sacerdote para que le explique lo que no entiende en materia de fe y doctrina, pues tómese en cuenta que para eso esas personas han estudiado muchos años con profundidad las Sagradas Escrituras y los libros escritos por los grandes eruditos de la Iglesia, como Santo Tomás de Aquino, Santo Domingo, Santa Teresa de Ávila, entre tantos.
También el Catecismo es un medio que explica muchos aspectos de la fe, de hecho, el vocablo que proviene del latín catechismus y del griego katekismós, quiere decir “instruir de viva voz”.
En el pontificado del Papa Juan Pablo II, el seno vaticano se propuso divulgar más ampliamente el Catecismo Universal de la Iglesia, con eso no se quiere decir que el catecismo menosprecie a la Santa Biblia ni se contradigan ambos libros, pero en asuntos específicos de práctica sacramental, dogmas de fe, entre otros, el catecismo es el texto indicado. Aunque podemos reiterar que el catecismo de todas maneras parte de las generalidades de la Santa Biblia.
Entonces, la temática de catequesis posterior al Concilio Vaticano II enseña que Dios nos regala la Creación, nos ama, nos conoce, camina con nosotros y es nuestro creador. Luego se dice que María Virgen es la madre de Jesús que es del Hijo de Dios y es nuestra intercesora.
Jesús enseña, que hablemos al Padre celestial a través de la oración y que debemos amarle sobre todas las cosas. También habla que debemos respetar su nombre al cumplir incluso sus mandatos y que es una realidad que Jesucristo resucitó y lo hizo para abrir las puertas de la salvación, y que posteriormente subió al Padre, días después Dios envió al Espíritu Santo (en la fiesta del Pentecostés) como forma de consuelo espiritual e iluminar las mentes, en especial de su colegio apostólico que es parte de la Iglesia.
Luego, se dice que debemos escuchar su palabra y enseñanzas a través de la Biblia y otros medios al servicio de la evangelización. Además, Jesús nos invita a seguirle mediante una vida recta; de lo contrario el pecado nos aleja de Dios, pues el pecado es enemigo de la oración, del sacrificio y la santidad. Otro mandato de Jesús es que respetemos nuestros cuerpos y que usemos los dones en cosas buenas, y que debemos reconocer nuestras faltas, arrepentirnos de verdad y buscar el sacramento de la Reconciliación y si es posible reparar el daño que hemos hecho a los demás.
También indica que, debemos ser una comunidad de fe, esperanza y amor, así como visitar a los enfermos, encarcelados y ayudar al pobre y hambriento (virtudes cardinales y corporales).
Sobre la Misa, se expresa que debemos comer el cuerpo y sangre de Cristo a través de las especies del pan y del vino (Liturgia del pan y del vino), así como escuchar con respeto la Liturgia de la Palabra.
Entonces, debe quedar claro que, no podemos ser plenos cristianos católicos en tanto no estudiemos la Biblia y la doctrina católica presente en el Catecismo, de todas formas, lo ideal es tener una “vivencia activa” de las enseñanzas contenidas en ambos textos.
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