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Viernes, 28 Marzo 2025
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No puede pasar desapercibido el liderazgo moral del Papa Francisco alrededor del tema de la Inteligencia Artificial, esa auténtica revolución cognitiva-industrial a cuyas puertas estamos y que contribuirá a la creación de un nuevo sistema social.

Así quedó demostrado con la intervención del Pontífice en el Foro Intergubernamental del G7 realizado en Italia hace pocas semanas, en el que los líderes de los países más ricos debatieron sobre los efectos de la Inteligencia Artificial en el futuro de la humanidad.

A pesar de que este tema suscita por igual adeptos y detractores, el Papa recordó que tanto la ciencia como la tecnología son productos del extraordinario del potencial creativo que poseemos los seres humanos y que nos ha sido dado por Dios.

Un potencial que, en este caso, tiene implicaciones en numerosas áreas de la actividad humana: de la medicina al mundo laboral, de la cultura al ámbito de la comunicación, de la educación a la política, por lo que es normal suponer que su uso influirá cada vez más en nuestro modo de vivir, en nuestras relaciones sociales y en el futuro, incluso en la manera en que concebimos nuestra identidad como seres humanos.

Como toda herramienta, el uso de la Inteligencia Artificial será el que determine si se orienta al bien o si, por el contrario, lo hace al mal.

Por ejemplo, la inteligencia artificial podría permitir una democratización del acceso al saber, el progreso exponencial de la investigación científica, la posibilidad de delegar a las máquinas los trabajos desgastantes; pero, al mismo tiempo, podría traer consigo una mayor inequidad entre naciones avanzadas y naciones en vías de desarrollo, entre clases sociales dominantes y clases sociales oprimidas, poniendo así en peligro la posibilidad de una “cultura del encuentro” y favoreciendo la “cultura del descarte”.

Un diseñador brasileño, Átila Soares da Costa Filho, quiso reconstruir el posible rostro de la Virgen María, a partir de datos de la Sábana Santa (Sudario de Turín) y mediante el uso de la Inteligencia Artificial. Fue un trabajo que inició en 2021 y dio como resultado dos imágenes; sin embargo, en esta ocasión quiso darle un toque hiperrealista.

En declaraciones recogidas por Aleteia, Soares señaló hace tres años que: “Hice muchos experimentos con inteligencia artificial para la regresión de la edad; también trabajé mucho con otros programas de edición de imágenes para determinar la forma del rostro y, por último, hice algunos retoques artísticos manuales”. 

MENSAJE
DE SU SANTIDAD
FRANCISCO
PARA LA CELEBRACIÓN DE LA
57 JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ

1 DE ENERO DE 2024

Inteligencia artificial y paz

Al iniciar el año nuevo, tiempo de gracia que el Señor nos da a cada uno de nosotros, quisiera dirigirme al Pueblo de Dios, a las naciones, a los Jefes de Estado y de Gobierno, a los Representantes de las distintas religiones y de la sociedad civil, y a todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo para expresarles mis mejores deseos de paz.

  1. El progreso de la ciencia y de la tecnología como camino hacia la paz

La Sagrada Escritura atestigua que Dios ha dado a los hombres su Espíritu para que tengan «habilidad, talento y experiencia en la ejecución de toda clase de trabajos» (Ex 35,31). La inteligencia es expresión de la dignidad que nos ha dado el Creador al hacernos a su imagen y semejanza (cf. Gn 1,26) y nos ha hecho capaces de responder a su amor a través de la libertad y del conocimiento. La ciencia y la tecnología manifiestan de modo particular esta cualidad fundamentalmente relacional de la inteligencia humana, ambas son producto extraordinario de su potencial creativo.

En la Constitución pastoral Gaudium et spes, el Concilio Vaticano II ha insistido en esta verdad, declarando que «siempre se ha esforzado el hombre con su trabajo y con su ingenio en perfeccionar su vida». [1] Cuando los seres humanos, «con ayuda de los recursos técnicos», se esfuerzan para que la tierra «llegue a ser morada digna de toda la familia humana», [2] actúan según el designio de Dios y cooperan con su voluntad de llevar a cumplimiento la creación y difundir la paz entre los pueblos. Asimismo, el progreso de la ciencia y de la técnica, en la medida en que contribuye a un mejor orden de la sociedad humana y a acrecentar la libertad y la comunión fraterna, lleva al perfeccionamiento del hombre y a la transformación del mundo.

Nos alegramos justamente y agradecemos las extraordinarias conquistas de la ciencia y de la tecnología, gracias a las cuales se ha podido poner remedio a innumerables males que afectaban a la vida humana y causaban grandes sufrimientos. Al mismo tiempo, los progresos técnico-científicos, haciendo posible el ejercicio de un control sobre la realidad, nunca visto hasta ahora, están poniendo en las manos del hombre una vasta gama de posibilidades, algunas de las cuales representan un riesgo para la supervivencia humana y un peligro para la casa común. [3]

“Los avances en el campo de la IA (Inteligencia Artificial) están teniendo un impacto cada vez más profundo en la actividad humana, la vida personal y social, la política y la economía”, por lo que el tema del mensaje del Papa Francisco para la próxima Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero de 2024, anunciado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral el martes 8 de agosto, será “Inteligencia Artificial y Paz”.

“El Papa Francisco llama a un diálogo abierto sobre el significado de estas nuevas tecnologías, dotadas de un potencial disruptivo y de efectos ambivalentes”, subraya el comunicado, resaltando “la necesidad de estar vigilantes y de trabajar para que en la producción y uso de tales dispositivos no arraigue una lógica de violencia y discriminación, a expensas de los más frágiles y excluidos: la injusticia y las desigualdades alimentan conflictos y antagonismos”.

La urgencia, por tanto, es “orientar la concepción y el uso de las inteligencias artificiales de manera responsable, para que estén al servicio de la humanidad y de la protección de nuestra casa común”, con la necesidad de extender esta reflexión ética al ámbito de la educación y del derecho. “La protección de la dignidad de la persona y el cuidado de una fraternidad efectivamente abierta a toda la familia humana son condiciones indispensables para que el desarrollo tecnológico contribuya a promover la justicia y la paz en el mundo”, añade la nota.

“Inteligencia artificial y sabiduría del corazón: por una comunicación plenamente humana”. Es el tema que el Papa Francisco ha elegido para la 58ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebrará en 2024. Así lo ha anunciado la Oficina de Prensa vaticana, señalando que “la evolución de los sistemas de inteligencia artificial hace que cada vez sea más natural comunicar a través de las máquinas y con ellas, de modo que cada vez resulta más difícil distinguir el cálculo del pensamiento, el lenguaje producido por una máquina del generado por los seres humanos”.

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