Ennio Morricone, fallecido este 6 de julio a los 91 años, expresaba con su música lo inefable, según dijo el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura en 2019, después de entregarle, en nombre del Papa Francisco, la Medalla de Oro del pontificado.
"Lo confío a Dios para que lo acoja en la armonía celestial, quizás asignándole la tarea de alguna partitura para ser ejecutada por los coros angelicales", comentó Ravasi.
Morricone es considerado uno de los compositores más importantes de la historia del cine, produjo más de 500 bandas sonoras para películas y series de televisión. Sus obras para Días de gloria (1978), La misión (1986) y Cinema Paradiso (1988) son consideradas obras maestras.
El músico italiano recibió múltiples premios, entre ellos un Oscar Honorífico y otro a la Mejor Banda Sonora en 2016 por Los Ocho más odiados. Menos conocido es que Morricone escribió la música para una Misa que dedicó al Papa Francisco.
El compositor presentó en 2005 una pieza musical para el Santo Padre con motivo del 200 aniversario de la restauración de la Compañía de Jesús, la cual fue abolida durante 40 años por Clemente XIV, según informó Aciprensa.
El autor recordó que desde hacía años su esposa le pidió componer una Misa, pero no se decidió hasta que un día se encontró al rector de la iglesia de los Jesuitas en Roma, SJ Daniele Libanori, quien le propuso la idea.
También hizo alusión a que compuso la música para La Misión, una película que cuenta parte de la historia de los jesuitas esto en la época de La Colonia en Sudamérica, sumado el hecho de que la Compañía de Jesús cumpliera 200 años y que Francisco sea el primer jesuita en ser nombrado Papa, “coincidencias que definiría casi milagrosas”, dijo.
Una cruz en la partitura
El artista contó que le presentó al Sumo Pontífice las partituras y le señaló la primera página donde las notas forman una cruz. “Francisco me ha conquistado porque súbito ha caracterizado su ministerio dando un vuelco a la Iglesia buscando de corregir las cosas chuecas que existen”, expresó.
Esta composición “adquiere un valor aún mayor para mí que soy creyente, criado en una familia católica y con esta huella que siempre ha marcado mi vida”, declaró Morricone.
Anteriormente, el maestro también había colaborado con el Santo Padre, cuando compuso una canción para homenajear a los migrantes fallecidos cerca de las costas de la Isla de Lampedusa, en 2013, titulada: “La voz de los sumergidos”.
Según comentó a la Revista Italiana Familia Cristiana, una vez escribió una pieza para un coro de la Iglesia de Santa María de los Ángeles en Roma, un Via Crucis. Además, ha escrito música sobre la Creación.
De acuerdo con Vatican News, Morricone se había el año pasado se había despedido de las escenas y, sorprendentemente, había accedido a dirigir un concierto en la sala Pablo VI del Vaticano. "No podía decir que no", fueron sus palabras.