Cuando un país pierde su capacidad productiva, es sumamente difícil volver a levantarla. Sólidos estudios, como, entre otros, los del Programa Estado de la Nación, han evidenciado que desde los años 90 del siglo pasado, el país ha experimentado un desplome de su aparato productivo, tanto en área cultivada como en volúmenes de producción y en la generación de empleo. La tendencia se agrava. El último informe del Estado de la Nación (2025), recién publicado, confirma que la tendencia no se revierte, sino que se agudiza. En efecto, habla de la «caída libre» durante 17 meses de la producción destinada al mercado local, así como de que «al segundo trimestre del 2025, los empleos generados por la agricultura son un 28% menos que los observados previo a la pandemia, con una caída constante desde el primer trimestre del 2021» (p. 130). Recientemente, en tan solo tres años, señala la Corporación Arrocera Nacional, se redujo la cantidad de hectáreas sembradas en un 59%.
En los últimos años, organizaciones de productores agrícolas y pecuarios, que representan a miles de familias del campo, han solicitado ser escuchados por los poderes Ejecutivo y Legislativo en sus angustias para mantenerse en pie. En este momento, algunos temas prioritarios en su agenda son «la determinación de una política cambiaria que respalde la producción nacional y su competitividad», «la suspensión inmediata de la importación masiva y sin controles de productos agrícolas», «la suspensión inmediata de la aplicación del Decreto de Trazabilidad (areteo) para los pequeños ganaderos, debido a las barreras tecnológicas existentes actualmente», «la no inclusión de Costa Rica al Acuerdo Transpacífico, ya que no ofrece oportunidad de comercio y/o de acceso para diversificar nuestras exportaciones», «la aprobación de FONARROZ (Fondo de Competitividad y Auxilio Arrocero)», que busca «respaldar financieramente a los productores, especialmente a los micro, pequeños y medianos, y promover prácticas agrícolas sostenibles para asegurar la disponibilidad del grano a largo plazo», entre otras.
Defendemos su derecho a manifestarse y a demandar su participación en el diseño de las políticas y normativas que les atañen, y que nos atañen a todos, por sentido de cuerpo (solidaridad) y porque consumimos alimentos del agro, y a los costarricenses del futuro también. Es parte del ejercicio de nuestra democracia, que debe ser participativa y no meramente formal, limitada al sufragio. El Mensaje de los Obispos de la Conferencia Episcopal con motivo de la campaña electoral 2025-2026 “Por una política al servicio del bien común y de la esperanza”, del pasado 28 de septiembre, recordaba la enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia, en boca de san Juan Pablo II: “La Iglesia aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes...”.
Deseamos enviar a nuestros agricultores y sus familias un fraterno y solidario saludo. Somos parte, con ustedes, de una misma familia. También, muchísimos de ustedes son parte viva y vibrante del cuerpo de la Iglesia en Costa Rica en los diferentes territorios. San Pablo nos enseña a entender la Iglesia como un cuerpo, el cuerpo de Cristo del que somos parte. En este, todos sus miembros, con sus diversas funciones, son importantes e imprescindibles (1 Corintios 12, 12-31). En ese cuerpo, «si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo» (1 Corintios 12,26). Conocemos sus sacrificios y sufrimientos. No nos lo tienen que contar otros. Para ustedes no tenemos más que gratitud, no solo por producir nuestros alimentos, sino por ser una fuerza espiritual indiscutible en nuestras comunidades eclesiales rurales.
Encomendando a Costa Rica a la intercesión de san Isidro Labrador, imploramos la bendición de Dios para todo nuestro pueblo.
San José, 24 de noviembre de 2025.
Pbro. Edwin Aguiluz Milla
Secretario Ejecutivo de Pastoral Social Cáritas












