Jóvenes que evangelizan a otros jóvenes. Así podría resumirse el carisma del Movimiento de Encuentros de Promoción Juvenil (MEPJ), el cual tiene presencia en Heredia, Cartago, Puntarenas y San José.
Su objetivo es dar formación a muchachos y muchachas, solteros, entre los 18 y los 30 años de edad. Igualmente, los ayuda a descubrir su vocación dentro de la Iglesia y la sociedad, los invita a asumir liderazgos y a ser protagonistas en la construcción del Reino de Dios.
El “Movi”, como le llaman de sus integrantes, surgió en Colombia a finales de la década de 1960, bajo el amparo del sacerdote José María Pujadas.
La actividad principal es la conocida como Encuentro, el cual consiste en una experiencia de varios días, normalmente un fin de semana. Básicamente, el participante vive un proceso de reflexión sobre sí mismo, sobre su relación con Dios y sobre su papel en la sociedad.
A partir de esto, muchos continúan participando en reuniones semanales (Centros Guías), para recibir formación evangélica y profundizar en su vocación, es decir, discernir qué es lo que Dios desea para ellos.
El MEPJ es una Asociación Privada Internacional de Fieles de Derecho Pontificio, reconocida desde junio del 2001 por el Vaticano. Se encuentra a nivel 14 países y sus miembros son llamados emproístas.
Usualmente los jóvenes participan en el Encuentro por medio de una invitación, sin embargo, si alguno está interesado en tener más información sobre cómo participar puede solicitar información por medio de las redes sociales de cada comunidad.
“Un antes y un después”
Jóvenes emproístas compartieron lo que significa el movimiento en sus vidas. Diego Rosales, por ejemplo, afirma que ha sido un antes y un después, “pues a través de la obra conocí a Jesús, el hijo de Dios hecho hombre, quien me acompaña, es mi amigo, no me juzga”.
Por su parte Jaison Garita, indicó: “El Movi transformó mi vida. Me permitió acercarme al Dios de amor, de servicio y de silencio. Conocí grandes personas, me permitió servir y poner a disposición de los demás los dones que Él me dio”.
Otro miembro, Emmanuel Arias, recordó: “El Movimiento me acercó a Él, me ayudó a seguirle, a enderezar mi camino. Me permitió conocer una gran mujer que hoy es mi esposa. Realmente fue lo mejor que me ha pasado en la vida. Marcó un antes y un después”.
Igualmente, Evelyn de la O menciona: “Para mí ha sido un descubrimiento interior, una oportunidad para conectarme con otras personas”. Para Emmanuel Arias, el Movimiento “realmente fue el que le dio sentido a mi vida, me marcó el rumbo que, creo, Dios tenía para mi vida”.
Coincide con él, Daniel Arce: “Me dio perseverancia, fe, armas para enfrentar los momentos difíciles y me dio amigos, hermanos de fe y amor al servicio del prójimo y de la Iglesia”. Alexis Acuña, además, destaca tres gracias que ha recibido: Saber que no está solo, una paz increíble y ayudar sin esperar nada a cambio.
Colaboración: Geovanny Montero - asesor laico del MEPJ de Cartago. / Comité Central del MEPJ.