En el marco del Jubileo de los Obispos y del Bicentenario del Patronazgo Nacional de Nuestra Señora de los Ángeles, esta mañana los obispos de la Conferencia Episcopal peregrinaron desde la Capilla de Mons. Víctor Sanabria, en San Rafael de Oreamuno, hasta la Basílica Nuestra Señora de los Ángeles.
El episcopado ofreció un responso frente a la tumba del que fuera el II arzobispo de San José. Luego, partió rumbo al Santuario Nacional. Durante el recorrido, entre cantos, se rezó el Santo Rosario.
Una vez en la Basílica, los obispos se pusieron a los pies de La Negrita y procedieron a celebrar la Santa Eucaristía. Mons. Mario Quirós, obispo de Cartago, expresó que peregrinaron a la Basílica para encomendar su servicio a Jesús, Pastor Eterno, y a la intercesión de la bienaventurada Virgen María.
"Traemos en nuestro corazón necesidades e intenciones de nuestras diócesis, que son las luchas, tensiones y preocupaciones de ustedes y de tantos, que nos piden que recemos por ellos", dijo durante la homilía.
Mons. Quirós recordó que en este Año Santo los fieles han tenido la oportunidad de peregrinar a los templos designados y recibir la Indulgencia Plenaria. Al igual que ellos, los obispos escogieron venir de manera conjunta al Santuario Nacional como un signo de comunión.
Agregó: "Necesitamos ser asistidos ante un servicio que va más allá de nuestras posibilidades, pero que el Señor siempre nos da Su gracia y la capacidad para emprenderlo". De esta manera, pidió la asistencia del Señor para ser los servidores que la Iglesia necesita en estos momentos.
La ceremonia litúrgica fue presidida por Mons. Javier Román, presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Limón. Se contó también con la participación de Mons. Mark Gerard Miles, nuncio apostólico; obispos eméritos, sacerdotes, diáconos, religiosos y Pueblo de Dios.
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