Esta Jornada se da en el contexto del Año Jubilar que estamos viviendo, invitados a ser “peregrinos de la Esperanza”, de una esperanza que no defrauda, sino que permite abrir el corazón para la novedad de la vida que se descubre en el encuentro con Jesucristo, el Señor. Por eso, el Papa eligió para esta XII edición, el lema “Tú eres mi esperanza” (Sal 71,5).
El objetivo es propiciar la oración, “recuperar el deseo de estar en la presencia del Señor, de escucharlo y adorarlo (…) oración para agradecer a Dios los múltiples dones de su amor por nosotros y alabar su obra en la creación (…) Oración como voz “de un solo corazón y una sola alma” (cf. Hch 4,32) que se traduce en ser solidarios y en compartir el pan de cada día. Oración que permite dirigirse al único Dios, para expresarle lo que tienen en el secreto del corazón. Oración como vía maestra hacia la santidad, que nos lleva a vivir la contemplación en la acción, en el que los corazones se puedan abrir para recibir la abundancia de la gracia”, como motiva el Santo Padre a Mons. Rino Fisichella, en su carta para el jubileo 2025.
“Por eso, queremos convocar y alentar a todo el Pueblo de Dios, a unirse en esta iniciativa convocada por su Santidad el Papa Francisco de modo personal y comunitario, en sus hogares e Iglesias parroquiales, Santuarios Nacionales y diocesanos, capillas y rectorías, comunidades religiosas, a vivir con entusiasmo y alegría esta gran jornada de oración. Que sea un momento oportuno para el encuentro con la Palabra, el encuentro Eucarístico, la Penitencia y la oración en común”, motiva en nuestro país Mons. Daniel Francisco Blanco, obispo auxiliar de San José y Presidente de la Comisión Nacional de Liturgia.